“Si, yo sé que es él. Yo ya estoy complementamente resignado, no creo que sea otra persona”. La triste, pero contundente frase pertenece a Teo Peña, vecino de Puerto Esperanza que ayer por la tardecita fue alertado que efectivos policiales del hallazgo de la camioneta totalmente incinera de su hijo Ariel Peña (32), a quien busca desesperadamente desde el pasado 28 de diciembre cuando salió de su casa en la mencionada localidad del norte provincial.
Es que junto al vehículo que se encontró en un sector próximo a la ruta provincial 19 en Wanda, los investigadores policiales encontraron restos humanos de una persona que por estas horas se cree podría ser el vendedor desaparecido. Y que por algunos detalles que le comentaron los investigadores, más allá de ser un mazazo a sus esperanzas, Teo sostiene que pertenecerían al de su familiar.
Teo comentó que estuvo presente en el lugar donde fueron encontrados el vehículo matricula paraguaya que utilizaba su hijo para trabajar y al costado los restos humanos.
“Es terrible lo que sucedió, todavía no sabemos nada, solo sé que levantaron el cuerpo, que lo sacaron de ese lugar y que ahora esperan que hagan la autopsia.
Sobre las circunstancias que avalarían la identidad puntualizó: “Encontré al costado de la camioneta una llave de la novia, también se encontró el mate, el termo de él y supuestamente tenía una pulsera por el brazo que es igual a una similar que tiene la novia. Pero lo que me dijeron que supuestamente tiene impactos como de tiros en la cabeza, que al parecer lo llevaron hasta ese lugar y lo ejecutaron ahí”.
Aseguró que desde lo ocurrido los propietarios de la Chevrolet S10 que le habían prestado a Ariel para que pudiera hacer sus envíos no se presentaron ni se pusieron a disposición de la familia. Y que por estas horas desconoce cuándo se realizará la labor científica de los peritos forenses del Poder Judicial ya que le manifestaron que por estas horas hay varias autopsias por realizarse y que el procedimiento podría realizarse mañana.
Aunque confía que por gestión del intendente a quien pidió que interceda y de otros amigos que lo acompañan en este difícil momento pueda saber los resultados lo antes posible.
Por otro lado, contó que ayer casi de noche tomó conocimiento del hecho y que su familia está totalmente destrozada. Comentó que el pequeño hijo de Ariel no sabe nada de la noticia y aún espera poder abrazar a su familiar, lo cual rompe el alma a todos sus allegados.
“La justicia tiene que actuar, porque yo no soy quien tengo que buscar a los culpables, tarde o temprano se tiene que saber la ver, un hijo es un hijo y con todo el dolor del alma hoy vivo toda esta situación”, cerró Teo, en medio del dolor que invade a todos los suyos.
Macabro hallazgo
Veintisiete días después, luego de múltiples rastrillajes por distintas zonas de Puerto Esperanza y por sobre todo de mucha angustia familiar, la investigación por la desaparición de Ariel Peña (32) tuvo una novedad este último miércoles por la tarde que solo trajo más tristeza para quienes se aferran a la esperanza de poder encontrar aún con vida al comerciante. Y es que la camioneta Chevrolet S-10 con dominio paraguayo con la que salió el pasado 28 de diciembre para el lado de Comandante Andresito, localidad donde se cree que debía llevar un pedido de mercadería, fue encontrada ayer por la tarde totalmente calcinada en Wanda.
Pero por si fuera poco, a un costado del vehículo, en un sector de espesa vegetación, también los investigadores se toparon con restos óseos humanos que podrían pertenecer al desaparecido.
Si bien será clave el resultado de los estudios forenses que por estas horas buscan determinar la identidad de la persona fallecida, para el entorno cercano a Peña fue un verdadero mazazo la noticia.
El hallazgo se produjo el base al seguimiento de distintas pistas aportadas a los pesquisas y que llevaron a los uniformados hará un monte lindante a un pinar del kilómetro 13 de la ruta provincial 19.
Fuentes consultadas indicaron que el vehículo totalmente incinerado, con las puertas delanteras abiertas, fue advertido desde lejos por quien guiaba la patrulla policial responsable del hallazgo. Pero lo más fuerte lo advirtieron a penas unos instantes después cuando a un costado de la puerta del acompañante de la S10 se encontró en el suelo varios huesos que serían presumiblemente humanos.
Si se tiene en cuenta que la última vez que tuvo contacto con sus familiares fue el mismo jueves 28 de diciembre, cerca de las 19.15 cuando se dirigía a la zona de Andresito, no se descarta que apenas unos instantes más tarde fue abordado por desconocidos. O bien pudo haberse encontrado con sus atacantes sin saber que dicha reunión podría terminar muy mal para él.
Ariel, que se dedica a la venta informal de artículos, solía recorrer con su Chevrolet S10 la zona de Puerto Esperanza, Wanda y Comandante Andresito. Tiene domicilio en el barrio Alegre de Esperanza y es padre de un niño. Estaba separado de hecho con la madre del pequeño.
Con colaboración corresponsalía Puerto Iguazú
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