Luciana Barrios es referente provincial de la rama sociocomunitaria del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). Desde su organización, gestiona 42 espacios que funcionan como merenderos y comedores en todo Misiones.
En diálogo con NEA HOY, ella comenta que cada uno de estos espacios es llevado adelante por vecinas de los barrios populares, algunas beneficiarias de un Plan Potenciar Trabajo, otras voluntarias, que se pusieron al hombro el trabajo de cubrir las necesidades alimentarias de los niños, ancianos y familias de desocupados que no podían pagarse un plato de comida.
“En cada espacio hay más de 30 niños, además se le suman adolescentes, adultos mayores, personas con discapacidad”, explica Luciana, “nosotros estamos en el territorio y conocemos la necesidad de estas personas, y tratamos de sobrellevar porque sabemos lo importante que mejora el día de un niño si no tiene la panza vacía”.
En algunos casos hicieron uso de espacios comunitarios, en otros, cedieron parte de sus casas y terrenos para improvisar una cocina y unas mesas donde servir la merienda a los niños. De paso, aprovechan para ayudar a los niños con las tareas de la escuela, a los adultos con sus gestiones en el municipio o la provincia o realizan algún tipo de actividad didáctica.
Los alimentos que se obtienen tanto de la provincia de Misiones a través de la Ley de Emergencia Alimentaria como de las partidas que el Ministerio de Desarrollo Social brindaba a las organizaciones sociales, alcanzaba para dar merienda solo dos veces a la semana. En algunos casos, las propias voluntarias venden rifas, pastelitos u otros productos caseros para comprar más mercadería y dar la merienda un tercer día de la semana. En algunos casos también logran recibir donaciones de locales de la zona.
Nación
En todo el país está siendo cada vez más difícil llevar adelante un comedor o merendero. El Ministerio de Capital Humano, cuya cartera administra la ministra Sandra Pettovello, frenó las partidas destinadas a la compra de raciones que el anterior Ministerio de Desarrollo Social de la Nación destinaba a las organizaciones sociales.
Esto provocó que en Buenos Aires se generaran más de 30 cuadras de fila de cocineras y voluntarias de merenderos reclamando por los insumos que necesitan para dar alimento a cientos de miles de personas de los barrios populares.
El reclamo se hizo eco en varios puntos de la provincia de Misiones, donde distintas organizaciones sociales como la de Luciana reclamaron el faltante de insumos para mantener abiertos los merenderos y comedores en los barrios y asegurar la alimentación de miles de familias.
“En éstos momentos tan difíciles que estamos viviendo no podemos seguir financiando de esta forma la necesidad de la gente”, comentó Luciana, “En un primer momento teníamos ayuda a nivel nacional, pero se están cayendo todos los convenios, y desde el gobierno actual no están entregando los alimentos”