Anoche se renovó el pedido por justicia por el crimen de la catequista y comerciante obereña. “Que no se detenga la investigación policial y judicial para dar con él o los autores del crimen de Gladis”, remarcó el obispo Damián Bitar
“Desde que te fuiste ya no existen las fiestas, porque es cuando más duele tu ausencia”, expresó Rafaela Gómez haciendo alusión a su hermana Gladis, al cumplirse ayer dos años de su muerte tras ser baleada por motochorros. Tal lo previsto, se realizó una misa en la Catedral San Antonio para recordar a la catequista y comerciante asesinada a los 39 años en su local de calle Piedrabuena y Paraguay de Oberá. Luego se realizó un encendido de velas en reclamo por justicia por un crimen que sigue impune.
En tal sentido, Rafaela recordó que “durante un año nos dijeron que los culpables estaban presos, pero después los liberaron y hoy nos preguntamos quiénes son los asesinos de Gladis. Por eso el dolor que sentimos aumenta con el pasar del tiempo”. Previamente, en su homilía el obispo Damián Bitar expresó que “hoy queremos rezar por el eterno descanso de Gladis Gómez y acompañar con la oración y el afecto a su familia a dos años de su muerte en manos de una o de varias personas desquiciadas por la sed insaciable de dinero y muy probablemente por la adicción a las drogas”.
“Hace dos años, ese combo de enfermedad y locura quitó la vida de una joven humilde, trabajadora y catequista que, como enseña Francisco, formó parte de la santidad del pueblo de Dios, la santidad cotidiana, la clase media de la santidad de la que todos podemos formar parte”, agregó.
Verdad y justicia
Foto: Luciano Ferreyra
Nuevo sospechoso en la mira
La noche del 2 de marzo de 2022, Gladis Gómez fue asaltada en su local de calle Piedrabuena y Paraguay por dos motochorros, uno de los cuales le disparó, según contó ella misma antes de entrar en shock. A consecuencia de un impacto de bala en la cabeza, la víctima agonizó durante once días en el Hospital Samic de Oberá, donde finalmente falleció el 13 de marzo.
En un primer momento la investigación policial apuntó a Mario Antonio A. (28) y Santiago Miguel S. (27), quienes estuvieron detenidos durante un año por indicios que luego fueron desestimados, lo que derivó en la falta de mérito. En consecuencia, el 23 de marzo del año pasado el juez de Instrucción Uno de Oberá, Pedro Piriz, ordenó la liberación de ambos y el caso volvió a foja cero.
Por su parte, la nueva jefatura de la UR II decidió el relevó de quien se desempeñaba como jefe de la División Investigaciones, comisario Augusto Britos, iniciando así una nueva pesquisa que apuntó las sospechas hacia Elías F., quien en el expediente fue nombrado por al menos tres personas: los dos sospechosos que fueron excarcelados y un testigo.
“Estuve con los dos jefes de la de la Unidad Regional a los tres días que había pasado el hecho, me pusieron presión por Marito por un video que tenían de las cámaras de seguridad (…) Me preguntaron por un tatuaje de un trébol en el cuello, y que era porteño y se me vino Elías, tiene ese tatuaje, yo vi, y el andaba por la zona”, señaló Lucas Adrián R. Fue así que el juez ordenó la detención del citado Elías F. y se solicitó colaboración a la Policía Federal, entes de seguridad de la Ciudad de Buenos Aires e Interpol, aunque hasta el momento no fue hallado.
Fuente, El Territorio.
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