Los consumidores se inclinan a las segundas marcas para tratar de bajar el costo de las cuentas del supermercado, en medio de una fuerte caída del poder adquisitivo.
El impacto de la inflación -que acumula una suba del 276% en el último año- provocó un traslado de la demanda hacia las segundas marcas o marcas “blancas”, productos de menor precio que permiten a los consumidores reducir el gasto final de la compra.
Así lo revela un informe de la consultora Nielsen IQ, que analiza el comportamiento del mercado local en respuesta a la agudización de la crisis económica.
Este vuelco de los consumidores hacia las segundas y terceras marcas se enlaza con una caída importante de los salarios frente a la inflación que se refleja.
A su vez, en una fuerte reducción de las compras en términos generales, especialmente desde que comenzó este año.
En tanto, la consultora Scentia indicó que la caída del consumo masivo en todo el mercado fue del 3,9% en primer bimestre del 2024.
También los datos oficiales muestran la merma: el Indec midió en enero una caída de las ventas de los supermercados del 13,8% interanual y del 3,4% respecto de diciembre. Así, el nivel de consumo en las góndolas, en cantidades resultó el más bajo de la serie disponible desde enero de 2017.
En este escenario, los supermercados intensifican la oferta de los productos más económicos en especial aquellos que llevan la marca propia del súper.
El objetivo es sostener las ventas y posicionarse mejor en el mercado.
El reporte indicó que las marcas propias de los supermercados «se fortalecen con un desempeño mejor que el promedio de todas las familias de productos, excepto las bebidas, (que cayó un 39%). Los mayores saltos en el consumo de esas marcas propias se dieron en alimentos (29,4% en el bimestre diciembre-enero 2024), y cosmética y tocador (25,9%)».
Según el informe, “la situación económica en Argentina continúa deteriorándose desde mayo de 2023, mostrando similitudes preocupantes con la crisis experimentada en 2018/2019”.
La consultora verificó un deterioro mayor en el nivel de consumo en el interior del país que en la zona de Buenos Aires y el conurbano.
El análisis detallado del comportamiento del mercado revela que, a pesar de la crisis, los supermercados son el canal que mejor “resiste” a la caída, aunque la eliminación de Precios Justos produjo una fuerte desaceleración de consumo en diciembre-enero.
Este canal «ganó relevancia en el 2023 y aún se observa en el corto plazo, su predominancia a pesar de ser quien más aumentó precios en diciembre y enero 2024, alcanzando una suba de precios del 230% y quedando entre 15 y 25 puntos encima que el resto de los canales», según NielsenIQ.
Los autoservicios mayoristas registraron un fuerte incremento de precios en enero 2024 y también se afectó performance en cuanto a las ventas.
También los almacenes y los autoservicios se contrajeron fuerte en todo el país en el último bimestre vs el mismo mes del año anterior, «siendo suburbios y Buenos Aires más el Sur del país donde más fuerte se pronuncia la caída», según la consultora.
El informe también destaca la importancia de la omnicanalidad en tiempos de crisis, instando a las empresas a mejorar su arquitectura de precios y la eficacia de las promociones para impulsar mayores incrementos.
«Es clave la comprensión sobre las elasticidades y la eficacia de las promociones para asegurarse de ofrecer el mejor precio y la mejor promoción para impulsar mayores incrementos. Es importante transmitir correctamente los atributos del producto y probar la percepción del consumidor antes de implementar cambios significativos de portafolio», sugiere Romina Lucanera, Customer Success Analytics Manager South Region de NielsenIQ.
Fuente, Revista Codigos.