El pasado mes de marzo, se registró la presencia de una mancha de espuma en el río Paraná, frente a Puerto Mineral en el municipio de Puerto Leoni. Este incidente fue atribuido a una fuga en el caño de descarga de efluentes de la empresa Papel Misionero. Para determinar si la misma era contaminante se tomaron muestras del agua y el resultado determinó que superaban los límites permitidos.
Consultado sobre el tema, el ministro de Ecología, Martín Recamán explicó que se enfocaron en parámetros como la Demanda Biológica de Oxígeno (DBO), que fue la que obtuvo un resultado con niveles superiores a los establecidos por ley: “Esa demanda es uno de los parámetros principales porque es la que refleja el funcionamiento y la eficacia de la planta de tratamiento y es un dato fundamental”. Además, se analizaron el PH, la demanda de cloro, entre otros.
Según detalló, el DBO representa la quita de oxígeno al agua lo que afecta principalmente a la biodiversidad del río, pero no así a humanos. “Según la ley, el parámetro cuando se tira al río debe ser de menos de 30 y la muestra tomada superó los 170”, precisó el funcionario.
Por su parte, la empresa presentó un informe al Ministerio de Ecología en el que explican que el vertido de efluentes en el exterior se debió a la rotura del caño, que provocó que el agua saliera en la superficie del río y no por debajo como es el proceso habitual. Pero además explicaron que también se registró la rotura de una malla dentro de la planta de tratamiento lo que generó que parte de la celulosa se mescle con el agua alterando así los niveles permitidos en el líquido tratado.
Fuente, Misiones Online.