Cristian Ariel «Nano» Servian ha sido condenado a una pena de cuatro años y seis meses de prisión por su responsabilidad en el siniestro vial que resultó en el trágico fallecimiento de la ex funcionaria provincial Claudina Deglise, así como de la pareja compuesta por Alejandra Marcela Sartori y Miguel Ángel Barszczuk. Esta decisión judicial subraya la importancia de la responsabilidad en la conducción y el profundo impacto de los actos imprudentes en la vida de las personas.
En junio del año pasado, Cristian Ariel «Nano» Servian fue declarado culpable de un trágico incidente vial que resultó en la muerte de tres personas. Este caso resalta la gravedad de la imprudencia al volante y sus consecuencias legales. Servian, quien era chofer de un vehículo oficial del Ministerio de Salud Pública de Misiones, protagonizó un siniestro en el que perdieron la vida Claudina Deglise, ex concejal y directora del área de Salud Social e Inclusiva, junto a las víctimas Alejandra Marcela Sartori y Miguel Ángel Barszczuk.
La sentencia del tribunal fue contundente: cuatro años y seis meses de prisión, así como diez años de inhabilitación para conducir. La decisión del Superior Tribunal de Justicia confirmó esta sentencia, señalando que Servian actuó con imprudencia y negligencia al cruzar al carril contrario, lo que provocó el choque con un Peugeot 208.
Durante el juicio, Servian intentó desviar la responsabilidad hacia las víctimas, argumentando que su maniobra fue provocada por un intento de sobrepaso por parte de Sartori y Barszczuk. Sin embargo, las pericias realizadas determinaron que, si bien no se pudo determinar la velocidad exacta al momento del impacto, la camioneta conducida por Servian invadió el carril opuesto, contribuyendo de manera directa a la fatalidad del suceso.
La fiscal del caso, María Laura Álvarez, enfatizó que la conducta del acusado fue irresponsable, manifestando que su imprudencia no solo costó la vida de tres personas, sino que también dejó secuelas físicas en otros. Este aspecto del caso ilustra el riesgo que presenta la conducción negligente, que puede llevar a consecuencias irreparables.
La condena de Servian sirve como un recordatorio del deber que tienen todos los conductores de operar sus vehículos con la máxima precaución y responsabilidad. La ley no solo busca castigar a los infractores, sino más bien promover una cultura de respeto y cuidado en las vías, asegurando que incidentes como este no se repitan en el futuro. En suma, la tragedia derivada de la imprudencia al volante resalta la necesidad de una reflexión profunda sobre la seguridad vial y las responsabilidades de quienes conducen.
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