El cierre del 2024 ha sido un torbellino político para Mauricio Macri. A los múltiples contratiempos que han sacudido al jefe del PRO en las últimas semanas, como la caída de la Ley de Ficha Limpia y la falta de apoyo en temas claves como el Presupuesto porteño, se suma una tormenta interna: la intervención del PRO en Córdoba.
Esta decisión, ejecutada por Macri y cuestionada por gran parte de la dirigencia partidaria, ha desatado una crisis política en una de las provincias donde el expresidente cuenta con mayor respaldo fuera de la Ciudad de Buenos Aires.
La medida tomó forma con la designación de Laura Alonso como interventora, desplazando al presidente del PRO cordobés, Oscar Agost Carreño. Sin embargo, la decisión no pasó desapercibida y rápidamente se trasladó al ámbito judicial. Agost Carreño presentó el jueves pasado, ante el juzgado federal con competencia electoral de María Romilda Servini, una solicitud de nulidad para revertir la intervención.
Acusan a Macri de manipulación política
En su presentación judicial, Carreño argumentó que la intervención carece de fundamentos legales y responde a intereses políticos de cara a las elecciones legislativas de 2025. “Se interviene un distrito sin irregularidades, por cuestiones políticas en lo aparente, pero en realidad para que en Buenos Aires se armen las listas a diputados nacionales de Córdoba”, denunció en el escrito.
Además, Carreño sostuvo que el proceso estuvo plagado de irregularidades, como la ausencia de una votación nominal y el incumplimiento del derecho de defensa de los involucrados. Desde su entorno, recalcan que el PRO cordobés no tenía problemas de funcionamiento ni en sus balances, y que la interna para renovar autoridades ya estaba convocada para febrero.
La medida también fue repudiada por otros referentes del PRO en Córdoba. La diputada nacional Laura Rodríguez Machado no ahorró críticas: “Esto no es solo una lucha por Córdoba. Es una lucha por un PRO democrático, transparente y verdaderamente federal”. Sus palabras reflejan el malestar que atraviesa a una parte significativa de la dirigencia macrista, que percibe en la intervención una maniobra autoritaria para consolidar el control de Macri sobre el partido.
El trasfondo de la interna
La intervención en Córdoba no puede desvincularse de la creciente tensión entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich, quien lidera un ala del PRO con un enfoque más autónomo. Bullrich ha buscado atraer a dirigentes desencantados con Macri, mientras que este último intenta mantener el control partidario en un contexto de incertidumbre electoral.
Además, la situación en Córdoba está directamente influenciada por la expansión de La Libertad Avanza (LLA) en la provincia. Luis Juez, un actor clave en el panorama cordobés, se ha acercado cada vez más al oficialismo y al liderazgo de Javier Milei, mientras que Rodrigo de Loredo, líder del radicalismo provincial, también ha mostrado señales de colaboracionismo parlamentario con la Casa Rosada.
Para contener el avance de LLA, Macri y De Loredo han comenzado a explorar un acuerdo estratégico: unir al PRO y la UCR en una misma boleta en Córdoba. Esta alianza, que tendría como objetivo frenar el despliegue territorial de las “fuerzas del cielo”, podría ser encabezada por De Loredo. La intervención del PRO en Córdoba busca, en este contexto, neutralizar la resistencia interna a este frente electoral y garantizar su viabilidad.
Consecuencias inmediatas
La intervención generó movimientos rápidos en el tablero político cordobés. Apenas unas horas después de oficializarse, Rodrigo de Loredo salió públicamente a instalar su candidatura a gobernador para 2027, buscando posicionarse como el principal referente de una alianza entre el PRO y la UCR en la provincia.
Por su parte, desde el entorno de Macri consideran que la intervención es una jugada necesaria para garantizar el control del partido y avanzar en un armado electoral competitivo en Córdoba, un distrito clave para el PRO. Sin embargo, los costos políticos de la medida son evidentes, con un PRO dividido y crecientes críticas al liderazgo de Macri.
Un 2025 dificilísimo para Macri
El conflicto en Córdoba es apenas uno de los frentes que Macri enfrenta mientras se acerca el año electoral. La falta de cohesión dentro del PRO, las tensiones con Bullrich y la creciente influencia de La Libertad Avanza plantean desafíos significativos para el expresidente.
La intervención en el PRO cordobés, lejos de consolidar el poder de Macri, parece haber profundizado las divisiones internas. En un escenario donde cada decisión puede inclinar la balanza hacia el éxito o el fracaso electoral, el futuro político de Mauricio Macri y del PRO está más incierto que nunca.
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