Los operativos se realizaron en Posadas, Oberá y San Vicente, donde la Policía incautó bebidas alcohólicas y entregó a los adolescentes a sus padres.
En un amplio operativo preventivo, la Policía de Misiones desarticuló durante la madrugada de este martes seis encuentros clandestinos organizados por jóvenes para despedir las vacaciones con el denominado «Último Primer Día» (UPD).
Los eventos, realizados en Posadas, Oberá y San Vicente, registraron un alto consumo de alcohol entre los asistentes, lo que motivó la intervención policial y la retención de más de 300 adolescentes, quienes fueron entregados a sus padres.
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Los procedimientos se desplegaron en cuatro domicilios de la capital provincial, dos en el barrio Pellegrini, uno en Luis Piedra Buena y otro en El Porvenir II. En tanto, en el interior, se desactivaron reuniones en un complejo ubicado en la zona suburbana de Oberá y en un club privado de San Vicente.
Durante los operativos, los efectivos incautaron gran cantidad de bebidas alcohólicas, entre ellas vodka, cervezas y vinos, que quedaron a disposición de la Justicia de Paz. Los organizadores de los eventos fueron identificados y deberán presentarse ante las autoridades judiciales cuando sean citados.
Desde la fuerza provincial remarcaron que estos operativos se enmarcan en la prevención para evitar excesos y situaciones de riesgo entre los jóvenes al inicio del ciclo lectivo. Asimismo, destacaron la importancia de la colaboración de los vecinos para alertar sobre estas reuniones clandestinas, cuyo desarrollo está prohibido por las normativas vigentes.
QUÉ ESE UPD
El Último Primer Día (UPD) es una tradición que celebran los jóvenes que comienzan su último año de secundaria. Consiste en reunirse la noche anterior al primer día de clases para festejar con amigos y esperar juntos la salida del sol.
Esta práctica se ha popularizado en los últimos años como una forma simbólica de marcar el inicio de la etapa final de la vida escolar, cargada de emociones y expectativas por el futuro. Aunque para muchos significa un momento de diversión y compañerismo, también ha generado preocupación por los excesos que pueden darse durante la celebración.
Uno de los principales riesgos es el consumo de alcohol, que cada vez está más presente en estas reuniones y hace estragos en la salud de los menores. Al no estar completamente desarrollado el organismo, el alcohol impacta directamente en el sistema nervioso, alterando la percepción, el equilibrio y el juicio, lo que puede derivar en accidentes, peleas o intoxicaciones graves.