En un giro de gran alcance sobre las políticas de migración y seguridad social, el Gobierno nacional anunció esta semana una batería de medidas para regular la presencia de extranjeros en el país. La reforma, confirmada por el vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, introduce cargos por la atención médica en hospitales públicos para inmigrantes en situación irregular o en tránsito, endurece los requisitos para la obtención del Documento Nacional de Identidad (DNI) y refuerza los mecanismos de expulsión de quienes hayan sido condenados por delitos.
Cobro de servicios de salud: garantizar la capacidad de pago
Durante la conferencia de prensa, Adorni sostuvo que “los inmigrantes ilegales y los residentes transitorios deberán pagar por los servicios de salud” que reciban en establecimientos públicos. Según cifras oficiales, en ocho hospitales nacionales se destinaron 114 000 millones de pesos al tratamiento de pacientes extranjeros durante el último año fiscal. El vocero subrayó que, ante este escenario, “es indispensable que quienes ingresen a la Argentina presenten un seguro médico que garantice su capacidad de pago”.
La medida aplicará tanto a la atención programada —como cirugías, internaciones y estudios diagnósticos— como a cualquier prestación hospitalaria de mediana y alta complejidad. No obstante, fuentes del Ministerio de Salud aclararon que la atención de urgencia seguirá siendo gratuita para todos los pacientes, en línea con los principios de cobertura universal de emergencias.
“Vienen al país, se atienden en un hospital público y vuelven a su lugar de origen. Ya no podemos sostener este modelo sin un respaldo financiero”, explicó Adorni.
Esta decisión se suma a políticas similares implementadas en provincias como Jujuy y la Ciudad de Buenos Aires, donde ya se cobra la atención médica a extranjeros sin DNI local para consultas programadas, mientras se mantiene el acceso gratuito a guardias para casos de riesgo vital .
Nuevos requisitos para el DNI: residencias más exigentes
Además de la disposición sanitaria, el Gobierno anunció una revisión de las condiciones para la obtención del DNI y la residencia permanente. Actualmente, los extranjeros que residen de manera continua durante dos años pueden solicitar la ciudadanía; con la reforma, se establecerá que esos dos años no podrán interrumpirse con salidas del territorio nacional, evitando así los llamados “viajes fantasmas” que permitían renovar plazos sin residir efectivamente en el país.
“Quienes entren o permanezcan de forma irregular ya no serán recompensados con la ciudadanía, como ocurría hasta ahora”, advirtió Adorni.
También se endurecerán los controles de antecedentes penales: será requisito indispensable presentar un certificado de buen comportamiento expedido por las autoridades del país de origen, debidamente apostillado y traducido al español cuando corresponda.
Autonomía universitaria y cobro en educación superior
En paralelo, el Gobierno habilitará a las universidades públicas para establecer aranceles a estudiantes extranjeros. Según precisó el vocero, “se respetará la autonomía universitaria”, por lo que cada casa de estudios tendrá la facultad de definir montos y modalidades de pago. La medida apunta a equilibrar las finanzas de los centros académicos, que han visto aumentar la matrícula de extranjeros en carreras de grado y posgrado en los últimos años.
Algunas universidades ya habían iniciado debates internos sobre el tema, evaluando esquemas de becas parciales o planes de cuotas; con la normativa nacional, esas iniciativas podrán formalizarse y extenderse a todo el país.
Seguridad y deportaciones: “cero tolerancia” a los condenados
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, acompañó a Adorni en el anuncio y subrayó el componente represivo de la reforma migratoria. Según explicó, “cualquier extranjero condenado que intente ingresar por los pasos fronterizos oficiales será rechazado, y quienes sean detectados in fraganti en situación irregular serán expulsados de inmediato”.
El Ejecutivo trabaja en un protocolo unificado para los aeropuertos, puertos y pasos terrestres, de manera de coordinar la actuación de Migraciones, fuerzas federales y policiales provinciales. Además, se prevé modernizar las bases de datos para agilizar la identificación de personas con antecedentes penales en el extranjero.
Impacto social y reacciones
La reforma ha generado opiniones encontradas en distintos sectores. Organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por el posible efecto disuasorio que estas medidas puedan tener sobre solicitantes de refugio y víctimas de trata. En tanto, asociaciones de médicos y personal sanitario han reclamado que se garantice la atención de emergencia sin trabas administrativas ni discriminación.
Por otro lado, dirigentes de la oposición y referentes de la comunidad extranjera han cuestionado el endurecimiento de los requisitos para el DNI, calificándolo de “excesivo” y advirtiendo que podría afectar a trabajadores informales y a niños nacidos en el país que aún no hayan completado trámites de naturalización.
Hacia un nuevo paradigma migratorio
Con este paquete normativo, el Gobierno busca redefinir el modelo de recepción de inmigrantes que rigió en las últimas décadas, orientándolo hacia un esquema de mayor selectividad y fiscalización. Los voceros oficiales sostienen que la prioridad es asegurar la sustentabilidad de los servicios públicos y garantizar la seguridad ciudadana. Sin embargo, el desafío será equilibrar esos objetivos con el respeto a los derechos fundamentales de quienes, ya instalados en Argentina, han construido su proyecto de vida.
En las próximas semanas, el proyecto de ley será enviado al Congreso para su tratamiento, donde se prevé un intenso debate parlamentario. Hasta entonces, las directivas expedidas por el Ejecutivo comenzarán a regir en los ministerios y organismos competentes, marcando el inicio de una etapa de riguroso control migratorio y de un nuevo marco para la convivencia social en la Argentina.