En una jornada marcada por la calidez humana y la empatía, el presidente de la Cámara de Representantes de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, visitó el Hogar Santa Teresa del Niño Jesús, en la ciudad de Oberá. Lejos del protocolo rígido y las formalidades políticas, el encuentro se convirtió en una experiencia de reflexión y cercanía, en un espacio donde el cuidado de los más vulnerables es el motor que lo impulsa todo.
Una visita cargada de significado
La llegada de Herrera Ahuad no pasó desapercibida. Fue recibido por el personal del hogar, los residentes y algunos miembros de la comunidad que se acercaron para acompañar la actividad. El clima, aunque gris, no empañó la calidez del momento. Tras los saludos iniciales, el titular del Parlamento provincial recorrió las instalaciones, se interiorizó sobre el funcionamiento cotidiano del hogar y, sobre todo, escuchó.
En cada sala, en cada pasillo, las historias de vida se manifestaban sin necesidad de palabras. Gestos, miradas, caricias, y el abrazo espontáneo de quienes reconocen en la visita de una figura pública un acto de reconocimiento a sus vidas, muchas veces invisibilizadas por la sociedad.
«Siempre es una alegría volver a Oberá», expresó Herrera Ahuad con naturalidad. «Ya sea por actividades culturales, sociales o institucionales, disfruto mucho estar acá. Pero hoy no vengo solo como funcionario, vengo como persona a compartir y a conocer más de cerca esta obra maravillosa», dijo, mientras sostenía la mano de una residente que se le acercó para saludarlo.
Una historia de entrega silenciosa
El Hogar Santa Teresa del Niño Jesús no es solo un edificio donde se brindan cuidados. Es una comunidad construida sobre pilares de amor, paciencia y compromiso. Fundado en los años noventa bajo la inspiración y gestión del padre Guillermo Hayes —figura emblemática en la historia social y pastoral de Misiones—, el hogar se transformó en un espacio de contención para personas con severas discapacidades motrices, muchas de las cuales fueron abandonadas por sus familias o no cuentan con redes de apoyo.
Allí se les proporciona atención médica, acompañamiento psicológico, rehabilitación, alimentación, afecto y, sobre todo, un sentido de pertenencia. «Este es su hogar, no solo un lugar donde viven. Aquí forman vínculos, se sienten parte, tienen una rutina, son cuidados y amados», explicó una de las trabajadoras sociales que acompañó al legislador durante la visita.
El presidente de la Cámara reconoció el valor del esfuerzo colectivo que sostiene al hogar: “Hay un trabajo enorme de la comunidad, de los voluntarios, del equipo que lo mantiene en pie todos los días. Es emocionante ver cómo la solidaridad de los obereños sostiene esta obra, incluso en tiempos difíciles”.
Legislación con rostro humano
La visita no solo tuvo un carácter simbólico, sino también institucional. En sus declaraciones, Herrera Ahuad remarcó la importancia de acompañar estas iniciativas desde la política pública: “Desde la Cámara de Representantes trabajamos activamente en temas que atraviesan a los hogares y centros de cuidado en toda la provincia. Es fundamental legislar con conciencia de lo que pasa en el terreno, en los espacios donde se vive la realidad con crudeza pero también con dignidad”.
El diputado obereño Rafael Pereyra Pigerl fue quien lo interiorizó sobre la situación actual del Hogar Santa Teresa. “Rafael me transmitió la importancia de venir, de estar presente. Pero más allá de los informes o los datos que uno pueda recibir, lo verdaderamente valioso es venir, recorrer, mirar a los ojos, conversar con quienes trabajan y viven acá. Es ahí donde uno entiende el valor real de estas instituciones”, reflexionó el exgobernador.
La visita también permitió identificar necesidades específicas del hogar, como la mejora de ciertos espacios de infraestructura, la necesidad de insumos médicos y el fortalecimiento del acompañamiento profesional, cuestiones que, según afirmó Herrera Ahuad, serán canalizadas a través de gestiones legislativas y articulación con otros organismos del Estado.
Un mensaje en tiempos de incertidumbre
En un contexto social donde la crisis económica y la fragmentación del tejido comunitario ponen a prueba los valores colectivos, la existencia y continuidad de espacios como el Hogar Santa Teresa se convierten en una forma de resistencia afectiva. “Este hogar late todos los días. Es un corazón que no deja de bombear amor, cuidado, presencia. En un tiempo en que los sentimientos y las necesidades de las personas con discapacidad son muchas veces manipulados o ignorados, aquí hay una respuesta concreta, ética y solidaria”, dijo con énfasis Herrera Ahuad.
La jornada finalizó con un breve encuentro en el patio central del hogar. No hubo discursos extensos ni grandes formalidades. Solo palabras sencillas y un profundo gesto de reconocimiento. «Hoy vine a acompañar, a escuchar, a compartir. Pero también me llevo mucho. Me llevo la fuerza de esta comunidad, la convicción de que hay que seguir legislando con el corazón puesto en la gente y, sobre todo, con la conciencia de que nadie puede quedar afuera», concluyó el legislador antes de despedirse de los residentes, muchos de los cuales lo abrazaron con una ternura que desarmaba cualquier discurso.
El valor de estar presente
La visita de Oscar Herrera Ahuad al Hogar Santa Teresa del Niño Jesús no fue una simple actividad de agenda. Fue un acto de presencia en un lugar donde la vida se manifiesta con fuerza a pesar de las adversidades. Un recordatorio de que la política tiene sentido cuando se vincula con las historias concretas, cuando no se olvida de los márgenes y cuando encuentra su razón de ser en la dignidad humana.
Y en esa mañana en Oberá, entre abrazos, miradas y silencios elocuentes, quedó claro que la esperanza también se construye con gestos. Y que, muchas veces, estar presente es la forma más poderosa de decir: “no están solos”.