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Boleta corta, correa corta

Escribe Nota Editorial Jorge Mielniczuk – La decisión de no llevar ninguna candidatura presidencial pegada a la de legisladores nacionales por parte del oficialismo provincial fue imitada por varias provincias, como son los casos de Córdoba, Chubut, Neuquén, Río Negro y Santiago del Estero.
Esta prescindencia podría guardar ciertas jugadas políticas estratégicas con vistas al corto y mediano plazo. ¿Qué tiene que ver el clossismo en todo esto?
La idea de reforzar y ampliar la identidad política misionerista y la autonomía política provincial, que en parte también tiene su sello en la obtención y administración de los recursos provinciales, fue bien entendida y aceptada por el electorado misionero que elogió la decisión de las autoridades provinciales.
En pocas palabras, se observa y percibe que no solo en las palabras, sino también en los hechos, la provincia se hace valer y respetar como autónoma y alejada de la grieta y de la rosca política nacional, pero seguramente no todo es tan liviano, sencillo y de pocos intereses, como puede parecer a la luz de los ojos.
La política nacional importa, y mucho, puede que en algunos aspectos la provincia se haga la distraída, pero no es así. “Pregúntenle a los frentes nacionales con quién están en Misiones” fue la repuesta del gobernador Hugo Passalacqua, ante la consulta sobre qué lineamiento nacional seguirían desde el gobierno provincial.
Los misioneros tendrán la libertad de votar a quien quieran a presidente en las elecciones primarias de agosto y luego en octubre, si es que no ocurre nada en el camino y no exista algún pronunciamiento luego de las PASO.
El gobierno provincial ha reivindicado y dejo sentado claramente las bases a nivel nacional de que pueden ser aliados de la mayoría gobernante, con la clara premisa de que: “gobernabilidad con gobernabilidad se paga”, y quien logre triunfar en las elecciones generales tendrá que acordar con los gobiernos provinciales los votos en el Congreso Nacional.
Además, el oficialismo provincial sabe por experiencia propia los costos que se pagan por estar aliados o pegados a una lista nacional. Cuando en el 2013, identificados con el kirchnerismo a nivel nacional, tuvieron un triunfo electoral muy ajustado y fue, esa misma noche, que el conductor de la renovación Carlos Rovira anunció la conformación del bloque misionerista en ambas Cámaras, para defender los intereses de los misioneros y sin obedecer los mandatos partidarios. Y en esta postura no les fue mal hasta el momento en términos electorales.
Los votos son de los misioneros ¿para quién es el mensaje?
La otra mirada, y puede que sea una razón comprensible con vistas al futuro electoral, mirando las elecciones ya de medio término, las legislativas del 2021 con proyección al 2023.
Cuando se habla de las posibilidades electorales de un triunfo de la fórmula encabezada por Alberto Fernández y la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, inmediatamente en el ámbito provincial se lo comienza a ubicar bien posicionado a futuro al ex gobernador y actual senador Maurice Closs, quien transitó sus ocho años de gestión juntamente con la ex presidenta, en muy buenos términos y de estrecha relación. Incluso, se anunció que sería el futuro ministro de Turismo de la nación en caso que triunfara Daniel Scioli.
Es inocultable el deseo de los sectores clossistas de la Renovación de que Mauri vuelva a ocupar la gobernación en el 2023, y ven como más potenciable esa posibilidad con un triunfo de la fórmula Fernández – Fernández.
Pero está el dato, o detalle, de lo dicho por el conductor de la Renovación, el Ing. Carlos Rovira, quien en la noche de los festejos del contundente triunfo de la Renovación con el 73 por ciento de los votos, transmitió la sensación de que “los misioneros se quedaron con ganas de un poco más de Hugo (Passalacqua)”. Y como propuesta a futuro, expresó que si el electorado lo permite, podrá volver a ser electo dentro de cuatro años. Todo una afirmación por el momento y en particular, por los tiempos.
No es un tema menor el alto porcentaje de buena imagen de gestión que tiene el gobernador Passalacqua, que supera el 70 por ciento, y que se vio reflejado en las urnas en las últimas elecciones que consagraron la fórmula Oscar Herrera Ahuad como gobernador y a Carlos Arce como vicegobernador, quienes son parte de la gestión, en particular, el actual vicegobernador Ahuad.
Tampoco fue casual que Passalacqua encabezara la lista de candidatos a diputados provinciales, era uno de los nombres de peso electoral que debía estar en la lista. Tampoco lo es que, como se anticipa, ocupará la presidencia de la Legislatura provincial, en el lugar de Carlos Rovira, quien continuará en la conducción política del proyecto misionerista, y se dice que ocuparía la vicepresidencia primera de la Cámara, o bien, bajaría al recinto a ocupar la presidencia del bloque oficialista. Todo enmarcado en este proceso disruptivo del que viene hablando Rovira.
La boleta corta es una correa corta para cualquiera de los que se quieran apropiar de los votos en la provincia.
Seguramente, el oficialismo provincial intentará sacar con sus candidatos a diputados nacionales un porcentaje que sea notablemente superior al que puedan obtener los candidatos presidenciales en las elecciones primarias. Incluso con una lista de candidatos a diputados nacionales fuerte que dará que hablar, como lo son Diego Sartori, quien concluye su mandato de intendente en Alem; la ministra de Educación de Misiones, Ivonne Aquino; y el árbitro de los mundiales, Néstor Pitana. En particular, el árbitro internacional de fútbol, quien es ampliamente conocido a nivel nacional e internacional.
Ante este panorama político hipotético, el frente electoral que resulte electo como presidente y vice, deberá decidir en consecuencia con quien estará y a quien apoyará en Misiones. Al parecer, las cartas están echadas y todo arranca el 11 de Diciembre.
Pero lo más importante, y la clave es lo que ocurrirá en la provincia e internamente, será quienes se ubicarán de un lado o del otro y a contar los porotos en el 2021 ó en el 2023.