El ataque al Pueblo Indígena continúa. Una vez más, el territorio Mbya Guaraní ha sido intrusado por terceros, esta vez en la Comunidad Mbokajaty, San Ignacio, donde sufrieron daños irreparables al monte nativo que ancestralmente ocupan.
El Mburuvicha, Bernardino Villalba, realizó una denuncia penal dejando constancia que en su territorio se realizaron tareas de desmonte y trabajo sobre el suelo, con la intención de instalar una vivienda, que según consignaron los terceros, la intrusa sería Esteban Cárdenas, de Posadas.
Anterior a esta acusación penal, el 11 de febrero, habían acudido a la Comisaría de San Ignacio, pero el oficial de turno se negó a tomar la denuncia, argumentando que la mujer antes mencionada se había presentado primero. Esto claramente implica no solo un acto ilegal, discriminatorio y arbitrario, sino un incumplimiento de los deberes como funcionario público.
El territorio de Mbokajaty, con Personería Jurídica N 045, fue relevado por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) -en conformidad a lo establecido por la ley 26160 y 26554-, instrumento legal que obliga al Estado a garantizar la protección efectiva de sus derechos de propiedad y posesión sobre el territorio violentado.
“Ingresaron sin ningún tipo de autorización de nuestra comunidad, sin permiso y aunque manifestamos nuestros derechos sobre este territorio, no se detuvieron. Al contrario, faltaron el respeto y violaron nuestros derechos”, manifestaron a través de la denuncia.
Además, aseguraron que ingresaron con machetes, motosierras, gritos y amenazas, sin ningún tipo de consideración de la voluntad de la Comunidad. Todas estas acciones son una abismal amenaza contra su cultura y su modo de vivir, teniendo en cuenta que los territorios de monte nativo de los que hacen uso ancestralmente, son para las Comunidades el único espacio donde pueden sobrevivir como cultura. Es allí donde pueden mantener vivas sus prácticas religiosas, culturales y sociales, y de donde se sirven para alimentarse y realizar sus propias medicinas, entre otras actividades vitales.
Pese a todas las normativas jurídicas vigentes que amparan sus derechos, aún siguen siendo cuestionados y puestos en duda a la hora de defenderlos y el Estado es el culpable de que eso suceda.
Cabe recordar que está escrito en la Constitución Nacional (Art. 75. Inc. 17) que el Estado reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos, y por consiguiente, también la posesión y propiedad comunitaria de sus territorios.
Además, el Convenio 169 de la Organización Nacional de Trabajo (OIT), principal instrumento de derechos humanos de los Pueblos Indígenas (Ley Nacional 24071), reconoce el derecho sobre los territorios tradicionalmente ocupados y obliga al Estado a garantizar su protección, entre otros fundamentos que revalorizan su especial relación con su hábitat.
La vida humana dentro de las Comunidades solamente tiene sentido y se proyecta de manera colectiva dentro de sus territorios. Por eso se mantienen en pie y siguen luchando por hacer valer su derecho de poseerlos y ocuparlos, y lo seguirán haciendo hasta que sea necesario.
“Te voy a incendiar”
Ayer por la tarde, un nuevo hecho de violencia puso en vilo al Pueblo Mbya. Una intrusa, de quien se desconoce el nombre pero sería la esposa del vecino Ricardo Armoa, se encontraba haciendo uso del monte que le pertenece a Mbokajaty sacando obeñas, y agredió a los miembros de la Comunidad cuando comenzaron a filmarla.
En la filmación, se ve claramente la violencia de la mujer, quien no solo los amenaza con prenderles fuego, sino que además se acerca con un palo en la mano buscando intimidarlos e intenta sacarles el teléfono celular. En varias oportunidades, repitió la frase “te voy a incendiar, a vos y a todas tus cosas”.
Incluso en un momento, dice: “¿Creen que porque ustedes son aborigen van a meterse donde no les corresponde?”, siendo ella quien está en territorio ajeno.