Tokio tendrá a cuatro misioneros en acción, un número récord para un Juego Olímpico y Paralímpico, con el esfuerzo que esto conlleva, y todo el pueblo de la Tierra Colorada tiene el orgullo de estar bien representado de la mano de Lourdes Hartkopf (vela), Mariela Delgado, foto(ciclismo), Ariel Atamañuk (canotaje) y Mahira Bergallo (atletismo).
Un ciclo olímpico se cerró, fueron cuatro años entre Río de Janeiro 2016 y Tokio -del 23 de julio al 8 de agosto (convencionales) y del 24 de agosto al 5 de septiembre (paralímpicos)- en el que cada uno de ellos rindió al máximo para ocupar un lugar entre el puñado de ‘elegidos’ del mundo que tendrán el orgullo de decir que fueron olímpicos.
En los últimos Juegos, Misiones tuvo representantes con algunas mesetas siendo su pico Tokio. En Sidney 2000 dijo presente el nadador Sergio Ferreyra, nacido en Oberá, que se formó en Corrientes, y la Tierra Roja volvió a pisar fuerte después de muchos años sin presencia ya que había sido el obereño Eric Barney, en salto con garrocha, allá por el 68, en México, en ser el primer olímpico.
Luego en Atenas 2004 y Londres 2012 fueron las citas sin deportistas locales, pero en el medio, en Pekín 2008 fue nuevamente Ferreyra el abanderado en natación y se sumó un joven Sergio Romero al arco de la selección masculina de fútbol que luego se colgaría el oro. También aportó su función como profesional la obereña Estela Mary Álvarez de Olivera que fue la cuarta árbitro en el partido entre Alemania y Brasil por el torneo de fútbol femenino.
Pero falta más. Río de Janeiro fue la ciudad sudamericana en traer hace cuatro años por primera vez a los juegos Olímpicos a Sudamérica y por la cercanía , el calor brasileño y las figuras como Michael Phelps y Usain Bolt, que hacían su despedida, fue también motor para despertar el espíritu olímpico en Argentina que rindió de buena manera y en el foro local hubo tres misioneros: Lucina Von Der Heyde, con el seleccionado femenino de hockey ‘Las Leonas’ que llegó hasta cuartos de final, y los paralímpicos Mariela Delgado, que arañó el bronce con un cuarto puesto en ciclismo en ruta; y Jonathan Avellaneda, que fue octavo en salto en alto. También Néstor Pitana arbitró partidos en tierra carioca.
La máxima en Tokio
Esta vez no será el calor carioca la motivación, pero sin dudas llegar a Tokio, a una capital tan lejana, de por sí es un premio al esfuerzo y desulbrante para conocer. Y será histórica la presentación del cuarteto misionero no sólo por la cantidad, sino por el contexto pandémico y lo que acarreó.
En principio ya la reprogramación del año pasado, por la llegada del Covid cambió todo, pero en el caso de los misioneros fue una chance de acceder a los Juegos. Porque en el caso de los paralímpicos, la clasificación se dio en este año cursante.
Lourdes ya alza vela
La primera en lograr su pasaje fue la posadeña Lourdes Hartkopf, que en febrero del 2020, semanas previas a que el Covid-19 paralizara al mundo, junto a su compañera bonaerense Belén Tavella, logró en el Sudamericano de Mar del Plata, obtener la plaza olímpica en el barco clase 470.
Así, será pionera en la vela misionera ya que es la primera vez que este deporte consigue una plaza olímpica; y además, será la única en convencionales, del 23 de julio al 8 de agosto.
Tres alegrías más
Cuando la incertidumbre atrapaba a la humanidad con el nuevo virus, el deporte sufría también sus consecuencias por no saber qué esperar sobre los Juegos tan cerca. Finalmente el Comité Olímpico Internacional aplazó en mayo del año pasado los Juegos para este 2021 y en el caso de Mariela Delgado, -que tiene una discapacidad en el brazo derecho producto a una mala fuerza que los médicos realizaron en su parto- reformuló su meta tras un 2020 sumamente difícil entre entrenamientos sobre rodillos y sin competencias que la frustraban por la inquietud que le exigía el contexto y con la plaza olímpica latente.
Ya a fines del año pasado, la situación se hizo más flexible en cuanto a las competencias y la posadeña no paró de sumar puntos hasta hace dos semanas atrás, cuando se oficializó que tendrá sus segundos Juegos Paralímpicos al hilo. Merecidísimo lugar ya que este año fue oro en la Copa del Mundo en ruta, en Bélgica, y recientemente fue top ten en el Mundial de Portugal.
Ahora, la posadeña buscará la revancha del cuarto y ajustadísimo lugar en Río donde se alzó con diploma olímpico.
Y finalmente habrá dos debuts, con Ariel Atamañuk en para canotaje y la obereña Mahira Bergallo en lanzamiento de bala. Atamañuk, cabo de Gendarmería al que amputaron las piernas hace dos años producto de un accidente, alcanzó la plaza en la Copa del Mundo de Hungría en mayo y confirmada luego en el selectivo nacional en la categoría VL3 200m metros.
Y hace dos días Mahira, quien tiene una parálisis cerebral casi imperceptible, logró poner su nombre en la lista de atletas que irán a Tokio por invitación del Comité Paralímpico Internacional como resultado de su inmenso avance en sus lanzamientos en bala, con una marca de 7,76 metros este año. Además, es la N°1 del mundo en sub 20 y top cinco en mayores, aún con 20 años.
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