Los vecinos de la colonia y del pueblo no salen de su asombro ante la brutalidad del ataque que padeció Silvia Cristina Ramírez (40) por parte de su propio esposo, Juan Backes (43), a quien dos testigos presenciales apuntaron como el autor material del hecho.
La empleada doméstica y un amigo de la pareja presenciaron la discusión y el trágico desenlace. Ambos prestaron declaración indagatoria y comprometieron al marido de la víctima.
En primera instancia, la mujer sufrió un terrible golpe en la cabeza con un taco de pool y salió corriendo a pedir auxilio, aunque el acusado logró alcanzarla, la arrastró hasta el interior de su vivienda y trató de rematarla con un disparo de bala calibre 38 que ingresó a la altura de su pecho izquierdo.
Tal vez por un resto de culpa tardía, al ver que su pareja agonizaba, el sujeto la alzó en brazos y la trasladó hasta el Hospital Samic de Oberá. La dejó en la guardia de emergencias y escapó rápidamente sin dar explicaciones.
Tras las primeras curaciones, la víctima fue derivada al Hospital Madariaga de Posadas, donde permanece en terapia intensiva con pronóstico reservado.
Como informó El Territorio en su edición de la víspera, luego del hecho, habitantes de la costa del río Uruguay aseguraron que vieron a Backes cruzando hacia el Brasil en un bote de madera.
Ayer, una comisión de la Policía de Misiones viajó al vecino país tras los pasos del prófugo acusado de “femicidio en grado de tentativa”.
El violento hecho se registró el martes alrededor de las 20.30, en la propiedad de la pareja implicada, ubicada a la altura del Kilómetro 13 de la ruta provincial 5, en la localidad de Panambí.
Ramírez y Backes residían en una vivienda lindera a su local comercial, un bar-comedor muy conocido en la zona. La pareja tiene una hija de 20 años que vive y estudia en Oberá, por lo que no estaba en el lugar al momento del hecho.
A esa hora, la mujer se hallaba en la casa en compañía de su empleada, Isabel Ramírez, y un amigo de la pareja, Juan Engel, comerciante de Puerto Rosario, Panambí.
Los testigos mencionaron que Backes llegó sorpresivamente a la casa y se habría molestado por la presencia del otro hombre, por lo que comenzó a discutir con su mujer.
En ese contexto, Engel se despidió y salió de la vivienda. Ya en su vehículo, observó que la víctima salió corriendo de la vivienda y fue directo a pedirle ayuda.
“Contó que la señora estaba sangrando mucho por el golpe en la cabeza y le pidió que la saque de ahí. Pero llegó el marido, le agarró del brazo y la arrastró de vuelta a la casa. Dice que quiso calmar los ánimos, pero Backes le contestó: “‘Y vos no te metas, porque sino también te meto bala’ y a los pocos segundos escuchó el disparo”, relató una fuente del caso.
La misma escena fue descripta por la doméstica, quien desde un primer momento evidenció reservas para involucrarse por el temor a posibles represalias.
En tanto, por orden de la jueza Marta Arrúa, subrogante del Juzgado de Instrucción Uno, Engel fue demorado en averiguación del hecho y sometido a la prueba de parafina tendiente a dar con rastros de pólvora en sus manos. La prueba arrojó resultado negativo y el sujeto fue liberado a las pocas horas.
Preso de los celos
A partir de las pruebas y testimonios recogidos, se afianza la hipótesis de un crimen pasional por celos, ya que el acusado habría sospechado de una infidelidad de la mujer con su mejor amigo.
“Él (por Backes) supuestamente estaba en Brasil, llegó de sorpresa y parece que se molestó porque le encontró al otro en su casa. Por ahí los encontró en una situación incómoda y tomó esa drástica decisión”, comentó un investigador.
Aclararon que la pareja no estaba separada, manejaban juntos el comercio y no existirían denuncias previas por violencia de género.
El hombre viajaba mucho al vecino país, donde reside su familia. Por ello, desde primer momento se sospechó que podría haber cruzado el río Uruguay, hipótesis que empezó a confirmarse cuando la Policía encontró su Peugeot 306 abandonado en una chacra ubicada sobre la ruta costera 2.
Precisamente, ayer la jueza que entiende en la causa citó al propietario del inmueble para que declare lo que sabe, si vio o asistió de alguna manera al ahora prófugo.
Al no hallar pistas del sujeto en el lugar, los uniformados continuaron con las averiguaciones y algunos lugareños comentaron que vieron al sospechoso a bordo de un bote de madera cruzando hacia el Brasil.
El miércoles al mediodía, la Policía allanó la vivienda y el comercio de la pareja, donde dieron con un taco de pool quebrado, elemento con que habría sido atacada la mujer. Además, hallaron una escopeta calibre 16, cartuchos calibre 12 y 22, un cargador de pistola calibre 9 milímetros y una sábana con sangre.
Por el momento, no existen precisiones sobre el paradero del acusado, que tendría familiares en la localidad brasileña de Alecrim, distante a unos 18 kilómetros de Panambí.
Fuente: Territoriodigital