Está ubicado en el barrio Pindapoy, en San José. Otorga mano de obra a una docena de operarios. La producción se comercializa en mueblerías de Posadas.
Las instalaciones pertenecieron a la otrora fábrica de jugos Pindapoy, en el barrio homónimo, en San José. En los 90 supo ser el centro aglutinador de mano de obra para decenas de familias, pero la crisis de la década obligó al alejamiento de los inversores. En 2010, se produjo el cierre total del emprendimiento que estuvo a cargo en ese momento de la firma Madercom S.A.
Actualmente, el comerciante mueblero José Vargas es quien está a cargo del aserradero Pindapoy y para cuyo funcionamiento recibió un aporte del Estado de 600 mil pesos, que en una segunda etapa se completará con la suma restante de otros 400 mil. Pero eso no es todo, a través del IFAI, Vargas consiguió además maquinaria en comodato que le permite el aserrado de rollos y la fabricación de muebles, como mesas y sillas, futones, camas, mesas de luz, juegos de living, que luego comercializa en Posadas y San José.
Esta tarde, el gobernador Hugo Passalacqua, junto al propietario; al intendente Jorge Tenaschuk; y al presidente del IFAI, Ricardo Maciel, recorrió las instalaciones y saludó a los operarios. Además del aserradero, se logró reactivar una tapicería que da trabajo a cuatro personas.
Passalacqua felicitó a Vargas por la voluntad de emprender e invertir, y sobre todo generar puestos de trabajo, en una coyuntura como la actual, de dificultades económicas.
Vargas tiene dos mueblerías en Posadas donde comercializa productos traídos de otras provincias. Este año incorporó los muebles fabricados en la carpintería de San José. En cambio tiene dificultades para vender la madera aserrada, si bien Vargas realizó numerosos contactos aún no logró colocarla. Por ello decidió hacer un stock.
El Estado cerca de la gente
Con la ayuda del Estado, a través del Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial (IFAI) el empresario mueblero adquirió algunos equipos como cepillo torno copiador para madera, una agujereadora múltiple y una lijadora de banda. Con la idea de crecer, Vargas también compró una machimbradora para hacer machimbre, tirantes y cepillar tablas. En esta etapa espera contar con asistencia financiera para cancelar parte de la deuda generada por la compra de los lotes.
Luego de realizar una importante inversión, Vargas busca recuperar la actividad económica en un barrio que vio cerrar dos grandes fábricas, primero la compañía citrícola Pindapoy SA (instalada a principios de la década del 50 y cerrada en 1991) y después el aserradero Madercom SRL (1994-2010).
Pindapoy: un barrio de trabajadores
La época en que funcionaba Pindapoy, en inmediaciones de la entonces estación de trenes, fue la mayor fuente de empleos de la zona y motor principal de la economía regional. Por día, Pindapoy llegó a despachar dos trenes cargados con 2.500 toneladas de fruta hacia a Buenos Aires, donde se exprimía, manufacturaba y empaquetaba para elaborar los populares jugos en tetra brick.
Cuando abrió Madercom las esperanzas resurgieron en la zona, hasta que la empresa se declaró en quiebra en 2010. Los empleados habían intentado recuperarla, por medio de una cooperativa de trabajo. La idea no prosperó y cientos de vecinos nuevamente se quedaron sin su principal fuente laboral. Ahora, con el impulso de Vargas se vuelve a movilizar el barrio.
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