Abrazos, lágrimas de alegría y la reflexión coincidente, “fue una desgracia con suerte”, fueron ayer los aspectos salientes del reencuentro de las gimnastas obereñas con sus familias, tras el incendio que destruyó totalmente el micro que trasladaba a la delegación que se dirigía a un campeonato en la capital cordobesa.
Minutos después de las 10, las 22 niñas y adolescentes, más una veintena de acompañantes, arribaron al polideportivo municipal Ian Barney procedentes de la localidad de Arroyito, Córdoba, donde el miércoles se produjo el siniestro.
La delegación arribó en un colectivo contratado por el gobierno de Misiones, que desde el minuto uno se puso a disposición para atender las necesidades y facilitar el retorno a la tierra colorada.
En tanto, el intendente Carlos Fernández se hizo presente para saludar al contingente y ponderó la solidaridad exhibida por la comunidad de Arroyito, tal como desde un primer momento subrayaron los obereños que pasaron por el mal trance.
Si bien mantuvieron contacto y se sabía que nadie resultó herido, por la magnitud del hecho y la angustia de las horas previas, el reencuentro con las familias fue muy emotivo.
“Nunca en mi vida me asusté tanto. Uno primero piensa lo peor, más viendo las imágenes del incendio, pero en todo momento estuvimos en contacto y teníamos la tranquilidad de que todos estaban bien. Pero te regalo pasar por esto”, graficó un papá emocionado.
Por su parte, la profesora Natalia Ottaviano subrayó que “por suerte, las chicas ni siquiera vieron lo peor del incendio, salvo el primer foco de fuego que se extinguió con los matafuegos. Pero cuando el fuego se reinició y quemó el colectivo, las chicas ya estaban en el club donde nos albergaron, como a tres cuadras”.
Además, hizo hincapié en la atención que recibieron en Arroyito, donde no les faltó nada material ni contención espiritual ni psicológica.
“Sólo tengo palabras de agradecimiento para la gente de Arroyito. Nos brindaron todo lo que tuvieron a su alcance, desde comida y ropa hasta la contención de una psicóloga y de los sacerdotes de la parroquia donde nos quedamos”, agregó.
Perjuicio
Respecto a las pérdidas materiales, precisó que fueron totales -indumentaria y elementos de competición-, por lo que ahora deberán trabajar mucho para recuperarlos.
Al respecto, indicó que “muchos elementos eran importados y tardamos años en conseguir”, al tiempo que ponderó: “Pero lo importante es que todos salimos ilesos”.
“No sabemos qué pasó, sólo que el incendio empezó en el motor. Seguramente, ahora esperamos que se investiguen las causas y que en algún momento nos expliquen qué fue lo que pasó”, agregó.
El colectivo siniestrado, un Mercedes Benz de dos pisos, es propiedad de la Municipalidad de Campo Grande.
Fuente: territoriodigital
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