Al salir de una fiesta, la víctima de 17 años fue atacada, según la denuncia, por dos hombres dentro de un terreno. Declaró en Cámara Gesell, pero no pudo brindar una descripción física de los agresores. Hemorragias en los ojos confirmaron que sufrió principio de asfixia.
La menor de 17 años, víctima de un macabro episodio de ultraje sexual en un terreno sin edificar de esta localidad, pudo declarar ante la Justicia y, si bien no logró aportar rasgos para identificar a sus victimarios, brindó detalles del dramático momento en el que fue ahorcada y asfixiada para consumar la violación.
Con la asistencia de los peritos en cámara Gesell, la denunciante relató lo sucedido y facilitó datos relevantes para la investigación que encabeza el juez de Instrucción de Puerto Rico, Osvaldo Rubén Lunge.
De los detalles a los que pudo acceder PRIMERA EDICIÓN, se reservan los que puedan afectar la integridad de la víctima, como también los que pudieran entorpecer el proceso de instrucción del expediente.
El testimonio de la joven fue coincidente con los estudios forenses respecto a las lesiones en el cuello. Se corresponde a que fue sujetada con una soga o elemento similar, que no sólo laceró la piel, también le ocasionó un principio de asfixia o ahogamiento, que le fue impuesto para inmovilizarla, mientras era violada.
Según lo que narró la menor, fue arrastrada con la cuerda al cuello hacia dentro del terreno por dos personas, a las que no pudo verle el rostro y aportar a una descripción de sospecha.
La falta de oxígeno por la opresión le provocó hemorragias en los ojos, lesiones que fueron indicadas en los primeros informes.
Esto, sumado a otros datos que manejan los instructores, sustentan que el ataque no haya sido cometido por una sola persona. Se sospecha de al menos dos que actuaron feroces y crueles.
La múltiple violación fue cometida en un terreno de la calle José María Suanno a pocas cuadras de la céntrica avenida San Martín de Puerto Rico.
Según la denuncia realizada en la Comisaría de la Mujer, dependiente de la Unidad Regional IV, se produjo aproximadamente a las 4, cuando la víctima salía de una fiesta realizada en un club deportivo.
La adolescente remarcó que se había retirado del baile porque se iba a encontrar con un amigo con el que había dialogado minutos antes vía mensajes de texto.
De la denuncia se desprende que caminó poco más de cien metros sobre calle Suanno y fue sorprendida por dos varones, a los que no pudo reconocer, pero que no tuvieron contemplación alguna. Sólo demostraron un nivel extremo de violencia para someterla y lastimarla.
La muchacha no pudo precisar cuantos minutos duró el ataque. Pero remarcó que, apenas pudo escapar, lo hizo y a toda prisa nuevamente hacia el club donde se realizaba el festejo. Allí le pidió socorro a una amiga y esta la acompañó a su hogar.
Ya con la asistencia de sus progenitores, fue trasladada a realizar la denuncia a la Comisaría de la Mujer, donde se dispararon los mecanismos habituales para protegerla y asistirla psicológicamente a la par de las primeras pericias médicas.
Los profesionales que la revisaron confirmaron el vejamen y también tomaron muestras biológicas para análisis de laboratorio frente a la posibilidad de obtener patrones genéticos.
El juez de Instrucción de la Cuarta Circunscripción Judicial, ordenó que la menor continúe bajo tratamiento, principalmente de su salud mental.
Mientras tanto, efectivos de la Comisaría de la Mujer, seccional Primera y la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional IV de la Policía provincial profundizan la investigación.
Fuente: Primera Edición