Vecinos y familiares de Paulina Portillo (27), la mujer asesinada por su concubino a machetazos y puñaladas en Eldorado, despidieron a la víctima en el cementerio de Eldorado.
Mientras, los cuatro hijos de la pareja siguen al cuidado de una vecina, a la que ellos quieren como una “abuela”. Los pequeños tienen 2, 6, 8 y 9 años, respectivamente. Recién en los próximos días, cuando puedan atravesar estas horas de angustia y desazón, los más grandes declararán en Cámara Gesell.
Los niños fueron testigos de lo ocurrido el lunes por la noche en el barrio Virgen de Itatí. Los primeros en asistirlos fueron sus vecinos. Después llegaron al lugar la madre y la hermana de Paulina, parientes de las que ella estaba alejada supuestamente por orden de su pareja, Maximino Barúa (29).
Tanto los chicos como las familiares de Paulina fueron contenidos luego por un equipo de la Línea 137.
Los profesionales del programa de asistencia a las víctimas de hechos violentos explicaron a los familiares la importancia de no interrogar a los niños. También solicitaron custodia policial en la casa donde quedaban resguardados los niños, ya que la madre de la víctima mencionó la peligrosidad de los familiares del asesino, quienes viven en Paraguay.
Paulina convivía con Barúa desde los 14 años. Nunca había realizado una denuncia, ni se había comunicado con la Línea 137 ni con otros organismos.
Fuente: Misionesonline