Para Vanesa Pucheta, la noche del último lunes también significará para siempre un antes y un después. Fue ella una de las primeras en llamar a la Policía y, también, en ingresar a la casa de la pareja, donde Paulina Portillo yacía sin vida sobre un charco de sangre luego de ser asesinada a puntazos por su pareja.
“Vanesa, llamá a la Policía porque la está matando, ella está pidiendo auxilio”, le gritó una vecina a la entrevistada, quien relató a PRIMERA EDICIÓN parte de aquellos minutos de terror y desesperación.
“Yo fui la primera en entrar a la casa junto a dos vecinos. Tuvimos que entrar con la luz de los celulares, porque él reventó todos los focos. Los chicos estaban encerrados en una pieza, estaban despiertos, en silencio, como escondidos”, relató Vanesa, quien aseguró que gracias a los vecinos el detenido no acabó también con la vida de sus propios hijos: “cuando escuchamos los gritos, los vecinos empezaron a tirar piedras y ahí él se dio a la fuga, si no podía haber matado a los chicos”.
La entrevistada aseguró también que días atrás había organizado una reunión del Centro Provincial de la Mujer (Cemupro) de Eldorado en su casa para prevenir la violencia de género.
“Paulina asistió, nosotras la invitamos especialmente porque nos preocupaba mucho, ella no hablaba casi con nadie y casi no salía de su casa. A veces tenía moretones pero decía que se los había hecho jugando con sus hijos. Era una excelente mamá y una excelente vecina. El callar fue lo que la llevó a no estar más con nosotras. Por eso queremos desde el barrio decir ‘basta’, que no haya una Paulina más. Esto tiene que servir para que las mujeres nos cuidemos entre nosotras”, reflexionó Vanesa.
Fuente: Primera Edición