Nelson Dos Santos (43) negó haber maltratado durante años a su mujer Evangelina Inés Romero (24), quien murió en 2016 luego de que la encontraran desnutrida, golpeada y con una infección generalizada. El Tribunal Penal de Oberá no le creyó.
Consideró que en abril del año pasado, en el barrio Caballeriza de la Capital del Monte, el changarín golpeó de manera brutal a su pareja y luego la dejó morir de hambre. Por eso lo condenó este jueves al mediodía a prisión perpetua, tras un juicio oral que duró dos días.
El hombre fue hallado culpable del delito de “homicidio calificado por violencia de género”. La pena máxima había sido solicitada en su alegato por la fiscal Estela Salguero de Alarcón, quien consideró probado el femicidio, tanto por los estudios médicos como por los testigos que declararon en el debate.
Uno de los relatos más impactantes fue el de la psicóloga Andrea Romano: “Apenas podía hablar. La encontramos muy desmejorada. Dijo que su concubino la golpeó mucho. Estaba tapada, pero se veían los golpes en la cara y el cuello. Se hallaba muy preocupada por los hijos y pidió que nos fijáramos si llevábamos comida, porque el concubino iba comer todo y no les iba a dar a los niños”.
El estado en el que se encontraba Evangelina, cuando la internaron en el hospital Samic de Oberá, era desesperante: sufría desnutrición severa, gastroenteritis, anemia, e insuficiencia renal.
También presentaba lesiones múltiples en la piel. La paliza que había sufrido y la falta de alimentos a la que la sometieron la dejaron en un callejón que tenía una sola salida: la muerte.
Profesionales de la Línea 137, que asistieron a la víctima en el tramo final de su vida, fueron quienes motorizaron la denuncia penal contra Dos Santos. La asistente social y las psicólogas que la vieron en su lecho de muerte en el Samic y que hablaron con ella fueron parte del lote de 11 testigos que declararon en el juicio.
El miércoles comparecieron ocho testigos y este jueves los tres restantes. Dieron su testimonio ante los camaristas Francisco Aguirre, Lilia Avendaño y José Pablo Rivero.
Dos Santos vivió poco más de dos años con Evangelina. Era una familia ensamblada. Él tenía cuatro hijos de un matrimonio anterior; ella, uno; y un sexto niño había nacido de la relación entre ambos.
“No sé por qué me acusan. Me duele mucho porque perdí a mi familia. Adelante de ustedes y de Dios, aseguro que yo no le hice nada”, dijo el changarín en su indagatoria ante el Tribunal. Aseguró que Evangelina no comía porque no quería y que la heladera estaba llena en la casa.
Su abogado defensor, Rosendo Cabrera, alegó que no se acreditó que el hombre haya cometido los delitos endilgados y pidió la absolución.
Pero los jueces Aguirre, Avendaño y Rivero coincidieron con la fiscal: la pena fue prisión perpetua para Dos Santos.
Fue la segunda condena para el hombre, ya que en un juicio abreviado, cuyo resultado se conoció en los últimos días, había sido castigado con 15 años de cárcel por haber violado de manera reiterada a una de sus hijas, que al momento de los ultrajes tenía 13 años.