Treinta efectivos de la seguridad personal de la canciller Angela Merkel están en este momento en la Argentina, además de un grupo de número no revelado de la BDU, la inteligencia en el extranjero del gobierno alemán creada después de la Segunda Guerra Mundial. Es apenas el 10 por ciento del personal que suele movilizar el presidente de los Estados Unidos para custodiar los movimientos en sus viajes, pero es el doble de lo que usualmente utiliza la titular del Ejecutivo alemán por el mundo.
En efecto, después de los sucesivos atentados que se produjeron en Londres, París, Melbourne, Teherán y los que vivió Berlín en diciembre del año pasado, la normalmente despreocupada vida de Merkel, una líder que disfruta del bajo perfil y el contacto directo con las personas, empezó a sufrir cambios. Su agenda, habitualmente transparente, tiene ahora una difusión más restringida. En Argentina, por ejemplo, no se conoce a qué hora exactamente visitará la sinagoga de la Congregación Israelita Argentina, conocida como Templo Libertad, donde se espera que inaugure el órgano que fue restaurado en Alemania, con financiamiento de ese país. De hecho, se trata del punto crítico de su visita a Buenos Aires.
Según la información que obtuvo Infobae, la Policía Federal Argentina y la Gendarmería se prepararon para trabajar en el segundo y tercer anillo de seguridad. También está prevista la presencia de francotiradores de las fuerzas de seguridad locales.
Merkel llegó anoche proveniente de su país en el marco de una gira que concluirá en México, donde busca generar consensos con los dos integrantes latinoamericanos del G20, con vistas a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que tendrá lugar a principios de julio en Hamburgo, buscando aislar posibles conflictos con los Estados Unidos, un aliado ahora menos previsible para Europa, según lo reconoció la propia líder alemana. En particular, en Buenos Aires debe precisar los detalles del traspaso de la presidencia del G20, que pasará a manos de la Argentina.
Al hablar del viaje de la canciller, el vocero Steffen Seibert recordó que con Argentina «la relación tiene más de 170 años de historia y es uno de los socios comerciales más importantes de Alemania en América Latina, con doscientas empresas de capital alemán activas, que dan trabajo a miles de personas».
También resaltó que si bien Merkel coincidió con el presidente Mauricio Macri en distintas cumbres, «visitar el país es otra cosa». De hecho, es el primer viaje de la canciller a la Argentina, a pesar de que está en el poder desde el 2005.
La agenda de Merkel comenzará en Buenos Aires con un desayuno con empresarios y, al mediodía, Macri la recibirá con honores militares en la Casa Rosada. Luego de una reunión a solas darán una declaración conjunta a la prensa. Por la tarde, visitará el Parque de la Memoria y a la noche asistirá a una cena de honor a cargo de la Presidencia en el CCK.
En relación a la visita que realizará a México, el vocero Seibert subrayó que se trata de «la décima quinta economía, con peso internacional realmente grande», entre otras cosas, porque es el puente entre Norteamérica y América Latina. Alemania es para México el principal socio comercial en Europa, con un volumen de 16.000 millones de euros.