El cantautor correntino pisó una vez más el escenario mayor Norgus Jacob para volver a ser ovacionado por un público misionero que lo adoptó como propio. Con sus canciones populares y su personalidad sencilla, se ganó los miles de corazones que se dieron cita en la cuarta noche de la 38a Fiesta Nacional del Inmigrante para verlo.
La noche del domingo 10 fue el corolario de un día sumamente concurrido, que comenzó bien temprano en el Parque de las Naciones con el Acto Ecuménico, momento donde los distintos credos de nuestro Crisol de Razas se reúnen para compartir su fe.
También las actividades deportivas fueron protagonistas ese día con la realización de la Gran Maratón Día del Inmigrante que permitió a las delegaciones recorrer el Parque de las Naciones donde además se realizó la entrega de premios en el inicio de la tarde. Inmediatamente después comenzó la segunda Tarde de los Niños, donde los ballets infantiles de las colectividades muestran toda su destreza con las danzas típicas.
El inicio de la serie de espectáculos siempre es marcado por el Cuadro de Apertura, para dar paso a las presentaciones de los ballets invitados y de las colectividades. La presentación de Gerónimo Bogado y de Los Hermanos Núñez (artistas que recibieron un reconocimiento por parte del presidente de Federación de Colectividades, Juan Hultgren, por sus 25 años de trayectoria, misma que dio inicio en este mismo lugar), comenzaba a marcar el camino hacia la figura principal.
Pero antes se vivió otro de los momentos más esperados por todos. La Primera presentación de Reinas, oportunidad en que cada una de las candidatas a suceder a la actual Reina Nacional, Erika Bohn, se presentan públicamente en el escenario mayor. En sus trajes típicos, y presentándose en el idioma de sus abuelos, las 14 jóvenes y la Paisana Argentina marcaron la recta final hacia el momento cumbre, la Elección de la Reina Nacional, el próximo jueves.
Y en el final, Mario Bofill salió a escena provocando una de las mayores ovaciones de esta edición de la Fiesta. Allí, apeló a todo su repertorio de canciones populares y no fue raro que desde el público se escucharan sapucays y otros, más animados, salieran a bailar. Con la sencillez que lo caracteriza, cantó una y otra vez a pedido del público, que le devolvió ese mismo calor a puro aplauso. «En este lugar me hallo», afirmó el artista al referirse a la Fiesta Nacional del Inmigrante, y en ese sentido dijo «es un sentimiento especial venir, y no debo ser el primero en decirlo pero por ahí ando, en sentir que la alegría y el entusiasmo que hay aquí me contagia». Bofill, fiel a su personalidad, indicó con un dejo de broma, «Llevo 57 años cantando, tengo más de 350 canciones grabadas y una misma cantidad por grabar, pero uno de viejo se vuelve haragán». Sobre su actuación se auto declaró un improvisado, «la única vez que entré con un repertorio armado fue un desastre, lo que hago es ver el ánimo de la gente y ahí podés reubicar tu repertorio». Y parece que la fórmula le funciona ya que la respuesta de la gente así lo demuestra.
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