La frase pertenece a Stefanía Vier, dicha a su madre en una charla entre mates, sobre la muerte. La reveló Claudia en diálogo con PRIMERA EDICIÓN, en el último adiós a su hija en el club Gimnasia de Montecarlo.
Con una entereza admirable producto del “amor incondicional” entre madre e hija, Claudia Acosta habló con PRIMERA EDICIÓN en el último adiós a la querida Stefania Vier, fallecida el pasado viernes en la Fundación Favaloro de Buenos Aires, a dos años y seis meses de su trasplante de corazón.
En toda la charla, Claudia dejó un fuerte mensaje de vida, de paz de gratitud, pero también admitió “este momento impresionantemente doloroso para mí” al que logra sobrellevar gracias al apoyo de los amigos, los vecinos de su Montecarlo y a las enseñanzas del ángel que le dejó durante su vida.
Claudia Acosta es tan luchadora como Stefy y será en adelante la que mantenga vivo el espíritu que llevó a su hija a militar fuertemente por la donación de órganos como forma de salvar vidas.
“Stefy fue mi mejor maestra. Lo único que pude hacer con Stefy es enseñarle a sentarse bien, a saludar, a agradecer, el resto me enseñó Stefy a mí. Se fue el viernes, con mi presencia de alma. Encontré que dejó unos cofres muy grandes cargados de amor incondicional”, aseguró a este Diario en el club Gimnasia donde una multitud transitó el lugar para el último adiós a la joven.
“La estoy despidiendo con todo el amor del mundo pero también con todo el dolor del mundo, porque me invade una tristeza muy grande, pero repito, gana el amor. Me permito sentir la angustia que sentí cuando abrimos el cajón y encontramos a alguien que no era mi Stefy. Mi Stefy era la chica que sonríe, la chica que abraza, la chica enérgica, con un rico olor a perfume. Allí estaba solo su cuerpo, que era ‘el sobre’ de su alma”, describió Claudia en referencia al doloroso momento vivido en Buenos Aires.
“Te voy a amar…”
Stefy, en cada lugar donde la invitaban a una charla o en las entrevistas, siempre expresó frontalmente lo que sentía, incluso cuando le hablaban sobre la muerte.
Claudia Acosta recordó en el diálogo con este Diario que hace un tiempo atrás con Stefy, “de las charlas entre mates, tuvimos una sobre que no le tenía miedo a la muerte; no recuerdo por qué salió ese tema, pero me dijo que la muerte es un paso a una nueva vida. En un momento se levantó del lugar donde estaba sentada y no me dijo mamá, me dijo ‘Claudita’ como solía decirme. ‘Claudita quiero que sepas que cuando me vaya a otro lugar, te voy a amar mucho desde aquel lugar donde voy a ir’. Hoy estoy prendida a eso, que me está amando desde otro lugar. Será porque convertimos el amor incondicional en nuestra religión, más allá de la religión católica que practicamos, de los credos. Sin amor incondicional estaría mucho más angustiada”, relató.
Siempre agradecidas
Claudia fue consultada cómo definía tanto apoyo recibido en medio del profundo dolor que significa la muerte. “Lo definiría con la palabra gratitud. El agradecimiento. Yo tengo un agradecimiento infinito con mi Montecarlo querido, porque amo a mi Montecarlo, una comunidad solidaria, que acompaña. Y Stefy hizo la tarea de poder unirnos más. Cuando hicimos la campaña ‘Todos por Stefy’, que esperábamos el corazón hace dos años y seis meses atrás, Montecarlo se unió en un solo corazón para darle fuerzas a Stefy. Y hoy, sigue medianamente dentro de ese corazón despidiendo a Stefy. El corazón es el símbolo del amor”.
Un mensaje: “Tengamos amor incondicional”
Para finalizar, Claudia Acosta transmitió un mensaje positivo a los misioneros. “Tengo el mensaje de ‘vivamos felices, seamos felices, disfrutemos cada momento aunque a veces sean grises en alguna parte hay color’, veamos eso. Tratemos de ver siempre el vaso lleno. Siempre, dentro de todo lo negativo hay cosas positivas. En este momento impresionantemente doloroso para mí, el acompañamiento de la gente es algo positivo no solo para mí, hay mucha gente que me dice ‘lo que significó tu hija para mí. Mi vida fue un antes y un después de Stefy’. Es un buen momento, Stefy lo sabía porque se lo dijeron en vida, yo lo estoy escuchando ahora. El mayor mensaje es disfrutemos el día a día, seamos agradecidos y tengamos amor incondicional”.
Fuente: Primera Edición