El exprefecturiano Paz rompió el silencio. Ante los medios el imputado se dijo inocente, indicó que aquel 25 de mayo de 2014 estuvo en San Javier y aseguró que va a probarlo en el juicio. “Desde el primer momento hubo presión política y fui incriminado por eso”, apuntó.
Aunque de manera extraoficial, Pablo Julio Paz?(54) rompió el silencio. No fue ante el tribunal, pero sí ante los medios, en una suerte de anticipo de lo que será su declaración judicial. El exprefecturiano se dijo inocente y sus palabras marcaron la tercera jornada del debate oral y público que se lleva adelante en Oberá por la denominada “Masacre de Panambí”.
En diálogo con PRIMERA?EDICIÓN y otros medios que lo rodearon al cierre de la audiencia, uno de los tres imputados por el crimen de Oscar Knack (43), Graciela Mojfiuk (42) y dos de sus hijos, Cristian (25) y Bianca (12), decidió hablar y dar a conocer su versión de los hechos tras permanecer cuatro años y tres meses en prisión.
“No me considero un ‘perejil’. Yo soy un ‘perejil’. El 25 de mayo de 2014, cuando todo esto sucedió, yo estaba en San Javier. Ese día no salí de mi casa”, aseguró Paz ante los micrófonos de una decena de periodistas que se agolparon en el Salón de Usos Múltiples de la Unidad Regional II de la Policía, donde se lleva adelante el juicio.
Las palabras del exprefecturiano sorprendieron a propios y ajenos sobre el cierre de la tercera jornada de debate. Alrededor de las 10.15, después de que los magistrados Francisco Aguirre, José Rivero y Lilia Avendaño ordenaran pasar a un cuarto intermedio hasta hoy a las 8.30, aún con los jueces en el recinto, Paz aceptó someterse a una suerte de conferencia de prensa improvisada.
“Desde siempre, desde el primer momento, en el caso hubo una fuerte presión política. Antes de que la jueza me llame a indagatoria ya había salido el exministro de Gobierno, Jorge Franco, a decir que la huella de uno de los detenidos estaba en la escena del crimen. Y las pericias que hizo la Policía en un primer momento no dicen que la huella es mía”, apuntó el acusado en relación a los rastros de una huella dactilar hallada en una caja de zapatos secuestrada en la casa de los Knack, donde estaban guardados los 460 mil pesos con los que escaparon los ladrones. Para la Justicia, esa huella es de Paz.
El imputado insistió en que su detención se produjo “por una necesidad política” vinculada, según sus palabras, “a decirle a la gente que habían resuelto el caso. La gente en Panambí hizo una marcha con pancartas que decían ‘Fuera políticos y jueces’. ¿Cómo puede ser que el 3 de junio apareció el exgobernador Maurice Closs en un medio digital a decir que había hablado con este muchacho ‘Nano’ Knack y ya sabían del exprefecturiano, todo antes de que Cristian despertara en el hospital?”, se preguntó.
Con respecto a otra de las pruebas que lo incrimina en el expediente, el cotejo genético de rastros de cabello hallados en la escena, Paz se limitó a decir que “los ADN tienen invalidez, son inválidos; esto yo no lo voy a adelantar porque va a surgir en el juicio”.
Por otra parte, en relación con los inicios de la investigación, Paz atacó la llamada anónima que, al decir de la Policía, permitió llegar a los tres involucrados. “Discretamente metieron una llamada anónima que ni siquiera ellos pueden probar que existió. Si el que la recibió dice que existió, ¿cómo lo prueba?”, señaló, tras lo cual reiteró que “fui metido acá porque la Policía quiso demostrar que hizo las cosas bien. En el expediente figura, en la foja 29, la llamada anónima. Y en la foja 30 dicen que esa gente fue localizada en San Javier. Y yo ni siquiera figuraba en esa llamada anónima”, argumentó.
Entre otras cosas, Paz aseguró que “nunca” les compró madera a los Knack y, consultado por los periodistas, reconoció que sólo conocía de antes de la causa al chapista?Marcial Venicio Alegre (48). Ambos están imputados por “cuádruple homicidio calificado” junto a Juan ramón Godoy (47). En caso de ser hallados culpables, podrían recibir prisión perpetua.
A la hora de responder sobre si confía o no en la Justicia, Paz respondió que “hace tres años y cuatro meses que estoy detenido no habiendo salido de mi casa… ¿cómo puedo confiar en esta Justicia?”, antes de asegurar que “aborrece” a los autores del hecho en virtud de su papel como “padre de familia”.
Finalmente, el exprefecturiano confirmó que declarará ante la Justicia durante el desarrollo del juicio oral y público, que continuará hoy.
“Voy a insistir con mi inocencia, por supuesto. Yo de la noche a la mañana no me puedo transformar en un asesino. Presté servicio en una institución policial durante casi 24 años, no tengo antecedentes policiales. Esto es una cosa de locos. Los que hicieron esto tienen que tener un grado de locura alto, porque un ladrón no va a robar y mata así a cuatro personas. Evidentemente tiene que estar loco. Y a mí ni siquiera me hicieron hasta hoy ningún tipo de pericia psicológica”, finalizó.
Fuente: PRIMERA EDICIÓN