Con la presencia de 9 de los 14 testigos citados, se realizó este martes una nueva audiencia del juicio por la Masacre de Panambí, el brutal asalto ocurrido el 25 de mayo de 2014 en el que golpearon y prendieron fuego vivos a Oscar Knack (44), su mujer Graciela Mojsiuk (42) y dos de los hijos del matrimonio, Bianca (12) y Cristian (25).
Entre otros relatos, el Tribunal Penal de Oberá, compuesto por los camaristas Francisco Aguirre, Lilia Avendaño y Jorge Erasmo Villalba, escuchó a la mujer y al hijo del acusado Pablo Julio Paz, al vecino Jorge Luis Ramírez, a otros pobladores de Panambí y al dueño de un bar que presuntamente frecuentaban dos de los tres enjuiciados.
Los familiares de Paz reiteraron la versión de que el prefecturiano retirado estuvo la noche de la matanza en San Javier. Graciela Mirta Pereyra, la esposa, recordó todo lo que hizo su pareja el día del crimen, pero adujo que había pasado mucho tiempo cuando le consultaron acerca de los movimientos del ex prefecturiano el 26 de mayo. Lo mismo su hijo.
Pereyra se solidarizó con los Knack. Dijo que era un hecho imperdonable, pero también pidió justicia para su esposo.
Además de Paz, están en el banquillo Juan Ramón Godoy y Marcial Alegre.
Jorge Ramírez, de su lado, se refirió al coche VW Bora gris que vio la mañana de ese 25 de mayo, como desorientado en un camino rural. Un auto similar habrían utilizado los autores del letal atraco.
También compareció el propietario de un restaurante donde supuestamente concurrían Alegre y Paz, el dueño de un kiosko que asegura haber visto a los imputados varias veces en casa de una vecina y un empleado de los Knack que presenció el momento en el que levantaban una huella dactilar que, se supo después, era de Paz.
Desde este martes hasta el jueves y mismos días de la semana que viene, los jueces recibirán las testimoniales. Después comparecerán los acusados.