En la vuelta a las escuelas misioneras de los cuerpos docentes, la ministro de Cultura, Educación, Ciencia y Tecnología, Ivonne Aquino escribió una carta para dar la bienvenida. “Deseo a toda la comunidad educativa misionera un excelente inicio del ciclo lectivo 2018, muchos éxitos queridos colegas docentes, alumnos y familias” expresó.
“La escuela misionera une, abraza, propicia el encuentro”
Estimados directores y docentes:
A través de este medio les hago llegar un cordial y afectuoso saludo, deseándoles un excelente ciclo lectivo 2018.
Luego de un reparador descanso durante los meses de enero y febrero, las escuelas misioneras volvemos a abrir las puertas para recibir a nuestros estudiantes en cada uno de los niveles y modalidades de nuestro gran sistema educativo.
Comienzan las clases y se inicia una nueva oportunidad para seguir construyendo, renovando, recreando; en definitiva para aprender. El 2018 encuentra a la educación misionera con grandes desafíos en todos los niveles y modalidades, y con muchas expectativas pensando especialmente en los más de cuatrocientos quince mil estudiantes que día a día concurren a las aulas de las instituciones educativas.
Los números suelen ser fríos, pero si estos números representan datos en educación y los ponemos en clave de futuro, adquieren mucha relevancia. Esto sucede en Misiones cuando tomamos conciencia de que 1 de cada 3 misioneros participan del sistema educativo como estudiantes, cerca de 30.000 misioneros son docentes y están en este momento cumpliendo el rol de formadores, y más de 2 mil establecimientos educativos se emplazan en los 76 municipios de la provincia. La educación atraviesa toda nuestra realidad y nos une, abraza y encuentra; desde las salitas de 4 y 5 años, pasando por las escuelas primarias, secundarias, institutos superiores tanto técnicos como docentes, hasta propuestas del ámbito no formal como escuelas de títeres, de robótica, centros de educación musical, centros de educación física y centros de educación física especial, y en todas las modalidades.
A estos datos cuantitativos debemos agregar los más importante, el plus que distingue y jerarquiza el sistema, y sobre el cual descansa la confianza en la mejor educación. Me refiero a la calidad de los docentes, maestros y profesores misioneros que descubren en el ejercicio de sus vocaciones no sólo el placer por la realización personal, sino sobre todo la felicidad por aportar al crecimiento y desarrollo de la personalidad de cada uno de los niños y jóvenes con quienes comparten la magia del encuentro en las aulas, y la posibilidad de hacerlo en comunidades críticas de enseñanza y aprendizaje. Y esa calidad y calidez humana es la garantía de una sociedad que sigue forjándose en valores de respeto y contracción al trabajo y al esfuerzo.
La escuela misionera une, conecta a través de un proyecto educativo provincial a todos y nos fortalece en nuestra identidad misionera. Une lo urbano y rural, une la gestión estatal y la gestión privada, une a quienes a pesar de las distancias comparten los mismos ideales.
La escuela misionera abraza, no distingue raza, credo, ideología ni posición económica. En las aulas misioneras aprendemos a convivir y a construir desde las diferencias, porque esa riqueza es la que nos hace tan particulares en los momentos difíciles, y allí donde otros pueden ver problemas, en el abrazo fraterno los misioneros vemos grandes oportunidades para aprender.
La escuela misionera propicia el encuentro. Niños, jóvenes, adultos, ancianos, padres, madres e hijos. Todos nos encontramos en torno a un objetivo común. Porque entendemos que es el encuentro genuino el que nos ayuda a salvar cualquier diferencia.
Los misioneros estamos comprometidos con la consolidación de la identidad de nuestra joven provincia. Entendemos que el compromiso por la educación es un camino válido para avanzar, y es por ello que valoramos el inicio de clases donde nos encontramos en el diálogo y proyectar la educación que queremos.
Si en este proceso logramos entender que todos somos partícipes activos de la educación, estaremos aportando, no sólo a la mejor educación del presente, sino a la garantía de un mejor futuro.
Los saludo y abrazo desde la común vocación docente que nos une. Quedo a disposición para seguir trabajando juntos y les deseo un excelente año de realizaciones.
Ivonne Aquino
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