Claudia Rosa Pereyra Da Costa y el presunto amante de esta, Lovis Ferreira, son juzgados desde este martes en Oberá por el asesinato a balazos del marido de la mujer, Ángel Altísimo (44), ocurrido en El Soberbio en 2013. Ambos se hallan imputados del delito de “homicidio calificado”. En la primera audiencia, dos hijas de la sospechosa la comprometieron seriamente.
Pereyra Da Rosa estuvo prófuga durante meses. La detuvieron en octubre de 2015 en Luján, provincia de Buenos Aires, después de un seguimiento intenso desarrollado por la Policía y funcionarios de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas del Poder Judicial.
El expediente consta de un relato autoincriminatorio de Pereyra Da Costa, en la que admite haber contratado a sicarios para que eliminaran a su marido. Y luego un testimonio de la misma mujer en el que se desdice.
El hecho en cuestión sucedió la noche del 21 de junio de 2013. Altísimo recibió tres balazos en el tórax. Ese sábado, estaba en su chacra del paraje Campín Largo cuando lo atacaron. Murió días después en el Samic de Oberá.
Este martes, la hija mayor de la imputada, Diana Altísimo, declaró ante los camaristas José Pablo Rivero, Francisco Aguirre y Mónica González, quienes integran el Tribunal Penal de Oberá, que su mamá le ordenó ocultar el arma con la que mataron al padre. “Ella dijo ‘todos van a ir presos, porque la tocaron’”, recordó la testigo. Su esposo declaró lo mismo y remarcó que haciendo caso omiso a eso, ambos le indicaron a los policías que fueron a la residencia dónde se encontraba el revólver calibre 38 “Amadeo Rossi”.
“Le dije a mi señora que entregue el revólver, pero mi suegra me dijo que íbamos a quedar todos presos. Dijo que le balearon a él, entonces él se defendió y también disparó tres veces”, evocó Cleiton Perasselo, esposo de Diana.
“Camino al hospital mi suegro sólo le pedía a Dios que quería vivir para criar a sus hijos. Sólo hablaba con Dios”, añadió sobre esas horas dramáticas posteriores al ataque.
“Los dos eran celosos, pero ella le daba más motivos de celos a mi papá. Ella usaba constantemente el celular, pero después pasaron algunas cosas y mi papá le sacó el teléfono porque estaba desconfiando”, explicó sobre la relación de la pareja.
Otra hija de la mujer fue más contundente aún: juró que Pereyra Da Rosa, ya estando detenida, le confesó haber participado en el homicidio.
“Unos días antes mi papá me llamó y me dijo que mi mamá le apuntó con el revólver y le amenazó. Me contó que ella le dijo que lo iba a matar si no le dejaba irse de la casa”, contó Camila Altísimo.
“Cuando estaba detenida me dijo que le dio la plata (a Ferreyra) y que después se arrepintió, pero que el hombre le dijo que ya era tarde”, apuntó.
De los otros dos testigos convocados, uno fue desistido y el otro no declaró por ser menor de edad.
El juicio seguirá este miércoles con más testimonios.
Misionesonline
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