Se trata de un suboficial que prestaba servicios en la Seccional Primera de Posadas. Habría alertado a un familiar del prófugo que lo iban a detener mientras estaba en la capital provincial.
Fuentes exclusivas de PRIMERA EDICIÓN confiaron que “estaba vigilado y solo restaban detalles para atraparlo” en plena siesta.
La búsqueda se volvió intensa, contrarreloj y con la mayoría de los investigadores policiales abocados a atrapar a Franco Emanuel Sotelo, misionero de 24 años y principal sospechoso de haber golpeado y violado a una niña de 6 años en Pozo Azul.
Mientras lavaba su Volkswagen Gol blanco y de tres puertas, vehículo que fue identificado por testigos en la zona de los ataques denunciados, se dirigía una comisión de autoridades judiciales y de la Policía de Misiones a detenerlo minutos antes de las 15.
Pero un familiar de Sotelo recibió un mensaje de texto con la captura de pantalla de una publicación informativa de que su automóvil era buscado en Posadas. Segundos después un mensaje de texto: “Están yendo a buscarte, está jodida la mano, borrate”.
En ese momento dejó de limpiar el interior del Volkswagen, tomó un bolso con ropa y armado se trepó al techo y comenzó a saltar muros hasta llegar a otro inmueble de la calle 103, donde lo esperaba otro encubridor con una motocicleta que raudamente lo “hizo desaparecer” de la zona donde se desplegaron los policías.
¿Cómo se pudo establecer que Sotelo fue ayudado a escapar? En el allanamiento posterior a la casa de la supuesta pareja del buscado, fue secuestrado un teléfono celular del que, tras ser analizado por peritos policiales, se obtuvo quién mandó la repudiable ayuda. Se trataría nada menos que de un suboficial de la fuerza de seguridad provincial, de 48 años, que prestaba servicio en la comisaría Primera de Posadas y quien durante la noche del domingo fue detenido e incomunicado por orden del juez Cardozo y puesto bajo la instrucción de la causa que encabeza Gerardo Casco, titular del Juzgado de Instrucción 3 de San Vicente.
Provisoriamente estaría imputado de “encubrimiento”, aunque restaría definir si le caben los agravantes de ser funcionario público o la calificación por “facilitamiento” de medios para profugarse.
La situación obligó a que se tomen medidas de mayor magnitud y se amplíe la búsqueda en la zona Sur de Posadas con la participación de efectivos de la Unidad Regional X, quienes anoche profundizaban su labor en distintos puntos de Garupá. Otro dato de fuentes confiables señala que no habría cruzado, al menos con su identidad, a Paraguay a través del Puente San Roque González, porque apenas Sotelo escapó del barrio Los Kiris, se establecieron los mecanismos de contingencia de seguridad en la cabecera del viaducto.
De forma paralela en jurisdicción de las unidades regionales III y VIII, Eldorado y San Vicente continuaron los procedimientos para atraparlo ante la posibilidad que recurriera a familiares, sus padres residen en San Pedro, amistades o distintos allegados, ya que se lo investiga además por presuntas fechorías ligadas al narcotráfico.
La primera sospecha en cuanto a este último punto, lo sindica a Sotelo el viernes y sábado por el norte misionero en tratativas o movimientos ligados al tráfico de estupefacientes.
Los investigadores barajan datos que concluyen en que se le frustró “un negocio” narco en la frontera cercana a San Pedro.
Lucidez clave
La niña víctima del ataque aportó el mismo sábado, tras ser violada y golpeada hasta que sufrió la fractura de cráneo, un dato clave correspondiente a la identificación de su agresor: el color del automóvil, que era de dos puertas ya que señaló que bajó el asiento delantero para obligarla a entrar, y descripciones físicas del cuerpo, como los tatuajes. El vehículo fue ubicado pocas horas después de trascendido el dramático episodio en Posadas, entre la chacra 181 y el barrio Los Kiris, zona de las avenidas Zapiola e Ituzaingó.
Previo a ello, en el punto donde se consumaron el abuso y las lesiones, fueron halladas colillas de cigarrillos que son analizadas para obtener un patrón genético, y una tapa de cerveza que coincide con la marca de bebida que Sotelo habría comprado en una estación de servicio.
En este sentido, fuentes que no remiten duda afirmaron que el sospechoso fue ubicado y todos los datos apuntan a que estuvo entre San Pedro y Pozo Azul, y que habrían registros de cámaras de seguridad que sustentan la tesitura.
De esta manera, el primer sospechoso demorado el sábado, que tiene 42 años y un VW Gol blanco pero de cinco puertas, fue desvinculado prácticamente de lo sucedido. Ni la edad ni la contextura física lo acercan al buscado.
También se remarcó que no existió un segundo atacante o cómplice, como también se descartó el robo a una mujer en un camino terrado próximo al camping de San Pedro. Este episodio fue el primer ataque que habría efectuado Sotelo en el que resultó herida con una barreta una joven madre a quien intentó arrebatarle la hija, como se resistieron y corrieron, el agresor desistió y desapareció con su automóvil para retomar la ruta nacional 14, luego la provincial 20 camino hacia Pozo Azul donde, se presume, cometió el aberrante crimen.
Primera Edición