El cuerpo de Franco Emanuel Sotelo (24), acusado de haber violado a una nena de seis años en Pozo Azul y de haber atacado a una madre con su hija en San Pedro el sábado, será sometido este miércoles a una autopsia luego de que muriera atropellado por un camión sobre la ruta nacional 12, en Garupá, ayer por la tarde en pleno escape.
Una vez que se haga la necropsia en la Morgue Judicial de Posadas y que se certifique formalmente la identidad del joven, todo el informe será remitido al juzgado de Instrucción Tres de San Vicente, a cargo de Gerardo Casco, donde se tramita la causa principal por el abuso a la niña.
Después, deberá sumarse al expediente todo el informe vinculado al estado de la niña violada, esto es el resultado de todos los exámenes que se le practicaron en el Hospital de Pediatría de Posadas, donde se encuentra internada.
Recién después, el juez Casco declarará extinguida la acción penal por el fallecimiento del principal y único sospechoso: Sotelo.
Testigos que sellaron su suerte
Antes del abuso, una madre y su hija, en San Pedro, fueron víctimas del mismo malviviente. A la mujer la castigaron duramente en la cabeza con un objeto contundente y la niña alcanzó a correr. “Esa señora hizo una descripción que coincide plenamente con el buscado”, apuntó ayer el propio juez ante la prensa.
Además, Casco indicó que hay otro testigo, de un comercio (sería una estación de servicios) que describió a la misma persona, porque le había vendido una bebida alcohólica (una cerveza). La descripción coincide con Sotelo.
“En el ataque en San Pedro, la hija de la mujer sale corriendo y empieza a gritar. Esto hace que el delincuente cese en su accionar”, añadió.
Además, también las hermanitas habrían dado las características del ahora prófugo cuando detallaron al agresor. Hablaron de un tatuaje similar al que tiene el buscado.
El primer demorado que tuvo la causa, un hombre de 42 años de San Pedro, ya fue liberado. Todo apuntaba a Sotelo.
El comerciante y el canoero
El domingo por la tarde, alrededor de las 15, Sotelo había sido ubicado en el barrio Los Kiris de Posadas. Rodearon la casa de su ex mujer, donde estaba escondido, pero huyó por los techos, supuestamente tras ser alertado de que iban por él. Se cree que el que le hizo llegar el dato es un policía, actualmente detenido.
En medio de la fuga, el joven se robó un traje. Así vestido llegó el lunes a la mañana a un negocio de Garupá a comprar una gaseosa. Bebida en mano, se metió en el monte. El comerciante y su madre alertaron a la Policía. Ese aviso fue clave, porque ubicó a los uniformados en la zona donde finalmente apareció el prófugo.
Otro testimonio valioso fue el de un canoero, al que Sotelo quiso contratar para ir al Paraguay. No cerró el trato porque el pasero ese día no tenía el bote y luego alertó a las autoridades.
Con 1985 pesos, 800 dólares, un celular y 11 gramos de marihuana encima, el muchacho, que tenía en su prontuario 14 causas, una prohibición de la Justicia de Iguazú de salir de la provincia y un pedido de captura desde Entre Ríos, pretendía seguir escapando. Un camión lo atropelló y terminó con sus planes. Acabó muerto sobre la ruta 12.
Misionesonline