Varios confiados e incautos cayeron en la garras de inescrupulosos que se presentan con representantes de una fundación que asiste a pacientes oncológicos, artilugio por el cual obtienen jugosas ganancias aprovechando la buena voluntad de las personas.
La metodología es sencilla: hacen pequeños regalos y ofrecen sorteos gratuitos de autos y viajes, para lo cual el interesado debe anotar todos sus datos y firmar un formulario.
Lo que no aclaran es que se trata de una inscripción como “adherente protector voluntario” y que engañan para suscribir un “formulario de autorización de débito en caja de ahorro bancario”.
Precisamente, la letra chica indica que “el que suscribe, cuyos datos personales y firma constan al pie de la presente, autoriza irrevocablemente a que debiten de su caja de ahorro bancaria” la suma de “doce donativos mensuales y fijos de 402 pesos”.
De esta forma, los desprevenidos quedan sujetos a una maniobra que los obliga pagar casi 5.000 pesos a favor de una supuesta Fundación Salud.ar, con sede en Maipu 871 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, según la información disponible en internet.
En diálogo con El Territorio, una docente obereña aseguró que casi fue víctima en una estafa que calificó “como caza bobos que se aprovecha de la inocencia de las personas. Yo por suerte me di cuenta, pero en la Policía me comentaron que hubo varios casos y hay que estar muy alertas”, mencionó Alejandra.
Con el formulario como prueba, la docente radicó una exposición ante la Seccional Primera de Oberá y luego se contactó con este matutino para contar su experiencia y alertar al respecto.
Modus operandi
“El martes al mediodía fui hasta el cajero automático de avenida José Ingenieros y había poca fila. En eso, un muchacho que estaba apoyado sobre una camioneta Renault Duster blanca, con vidrios polarizados, se me acercó y me dijo: ‘Le muestro rapidito esto’, ahí me empezó a envolver”, graficó todavía indignada.
Explicó que el sujeto la tomó en un momento de vulnerabilidad y distracción, ya que se dirigió al cajero para retirar algo de dinero porque su hijo estaba enfermo y lo llevaba al médico. Estaba apurada y el sinvergüenza aprovechó dicha circunstancia para tratar de estafarla.
Al respecto, mencionó que el individuo le regaló un MP3 y le entregó folletería de la fundación y los supuestos premios.
“Dijo que era de una fundación que ayuda a chicos con cáncer y sortean camionetas y viajes. Fue todo muy rápido. Me preguntó si quería participar de un sorteo y como no quise ser maleducada caí en la trampa. Me tomó mis datos y me pidió que firmé el formulario, pero en eso leí arriba y decía autorización de débito. Ahí le dije que no le autorizo que me descuenten nada y le saqué el papel”, relató Alejandra.
Por ello, la docente alertó a estar atentos a este tipo de maniobras de inescrupulosos que están al acecho de personas desprevenidas, sobre todo en cajeros de la periferia de la ciudad y localidades vecinas. “Nunca me dijo que era una autorización de débito. Me engañó”, remarcó.
En tanto, una fuente de un banco comentó que en la mayoría de los casos los damnificados recién se dan cuenta de la estafa cuando sufren los descuentos por débito.
Por Daniel Villamea
fojacero@elterritorio.com.ar
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