Los hinchas de River comenzaron a llegar al Obelisco para festejar la obtención de una nueva Copa Libertadores apenas el árbitro Andrés Cunha decretó que eran los campeones de América. A pesar de la distancia y de haber perdido la localía, los simpatizantes del Millonario no se privaron de hacer su propia fiesta en el centro porteño. Aunque los festejos se empañaron por la violencia y la detención de 20 personas.
Apenas unos minutos después del pitazo final, miles de hinchas eufóricos empezaron a copar la esquina de la avenida Corrientes y 9 de Julio con banderas y camisetas para festejar la cuarta Libertadores de la historia de la institución, tras una final épica contra Boca.
Tras la ventaja inicial del xeneize poco antes del entretiempo, el equipo que comanda Marcelo Gallardo salió con todo a dar vuelta el resultado y con un par de cambios logró primero el empate en los 90 minutos y después la ventaja final en tiempo suplementario. Mientras los miles de hinchas de River presentes en el Santiago Bernabéu festejaban junto a los jugadores, el centro porteño comenzó a teñirse de rojo y blanco, rodeado de un fuerte operativo de seguridad.
Si bien el festejo transitó sin sobresaltos, y la alegría predominó, sobre el final un grupo de Millonarios había intentado subirse al techo de un camión policial, lo que provocó que los agentes los dispersaran. A partir de ahí, se vivieron corridas, pedradas y enfrentamientos.
La policía avanzó sobre 9 de Julio e intentó que la concentración retrocediera hacia avenida Córdoba, con disparos de balas de goma y utilizando las motos y los patrulleros. Fueron desalojados por la efectivos y separados de los hinchas, en un operativo que terminó con 20 personas detenidas y al menos tres policías con traumatismos.
territoriodigital