El conductor tiene 24 años y es del barrio 8 de Diciembre. La mujer tiene 34 y es de Esperanza II. Cayeron en la noche del domingo cerca de Foz. El joven no sabía abrir el baúl del BMW en el que circulaban, lo que confirmó las sospechas y derivó en el hallazgo.
No había manera de abrir el baúl. Ni desde adentro, ni afuera. Tanto nerviosismo terminó de confirmar las sospechas de los policías brasileros sobre una pareja de misioneros que finalmente fue detenida el último domingo por la noche a pocos kilómetros de Foz de Iguazú, cuando circulaban en un automóvil BMW que ocultaba 189 kilogramos de marihuana.
PRIMERA EDICIÓN pudo confirmar mediante sus fuentes en el país vecino que los detenidos resultaron ser una pareja oriunda de Puerto Esperanza. El conductor, quien no supo cómo abrir el baúl, tiene 24 años y residencia en el barrio 8 de Diciembre. La mujer que lo acompañaba, en tanto, tiene 34 y es del barrio Esperanza II.
Ambos quedaron detenidos a disposición de la Justicia Federal brasilera, en el marco de un proceso por tráfico de estupefacientes que, según la ley brasilera, es castigado con penas que van desde los 4 a 15 años de prisión, al decir del artículo 33 de la “ley de tóxicos”.
Este Diario pudo establecer que la aprehensión de los misioneros se produjo alrededor de las 23.30 del último domingo en jurisdicción de Santa Terezinha de Itaipú, sobre el kilómetro 714 de la ruta nacional BR-277, que conecta Foz de Iguazú (a 20 kilómetros de la escena) y la Triple Frontera con Curitiba, capital del estado brasilero de Paraná.
En ese lugar, efectivos de la Policía Rodoviaria Federal (PRF) notaron la llegada de un automóvil BMW 330 de color azul con matrícula argentina.
El primer llamado de atención para los guardianes del orden tuvo que ver con la llamativo modelo del rodado, de altísima gama, y la edad del conductor.
Enseguida se iniciaron las preguntas de rigor, tanto al automovilista como a la acompañante, quienes enseguida demostraron nerviosismo. Ante tal situación, se invitó al chofer a que abriera el baúl del automóvil a los fines de controlar qué llevaba en el mismo.
El nerviosismo del joven se transformó en desesperación. Es que demoró largos minutos en abrir el baúl, tiempo en el que el olor a la sustancia prohibida comenzó a hacerse cada vez más fuerte. Bajo orden judicial, los policías forzaron un metal recientemente instalado por detrás de la butaca trasera y confirmaron todas sus sospechas: a la luz salieron casi 200 “ladrillos” de marihuana.
Varios minutos demoraron los uniformados brasileros en extraer todos los “panes”, que finalmente arrojaron un peso total de 189 kilogramos de “cannabis sativa”. Para colmo de males, a la hora de cotejar los datos del automóvil BMW, se pudo establecer que el mismo tenía un pedido de secuestro por un robo perpetrado en Buenos Aires, donde se encuentra radicado.
Entre las pertenencias de los sospechosos, además de pesos, reales y guaraníes; los documentos de identidad, la licencia de conducir del automovilista (cuya legitimidad se investiga) y otros papeles, también fueron secuestrados los registros de ingreso al Paraguay del dúo. Aquello permitió confirmar que los dos misioneros entraron a ese país a través del puente internacional San Roque González de Santa Cruz, que une Posadas con Encarnación.
La sospecha de los detectives brasileros apunta a que la pareja recorrió los 251 kilómetros que separan Puerto Esperanza de Posadas en algún tipo de transporte público. Desde la capital provincial, las “mulas” cruzaron a Encarnación y allí se subieron al BMW, que ya estaba “envainado” y a la espera de sus ocupantes.
Siempre en base a esa reconstrucción, el dúo manejó desde la capital de Itapúa hasta Ciudad del Este, a través de la ruta Sexta. Ya en la Triple Frontera, cruzaron junto al vehículo por el Puente de la Amistad hacia Foz de Iguazú. A esta última localidad regresaron en las últimas horas, pero en calidad de detenidos. Fueron alojados en la comisaría de la Policía Federal de Brasil, encargada de instruir un expediente caratulado provisoriamente como “tráfico internacional de drogas y hurto automotor”.
Por lo pronto, los dos jóvenes de Puerto Esperanza enfrentan hasta 15 años de prisión. El dato llamativo del caso es que la joven fue apresada apenas dos días después de festejar sus 34 años. Fue, sin dudas, el peor festejo de su vida.
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