El robo de yerba es una constante a la que se enfrentan los productores que cuentan con varias hectáreas con plantas de la hoja verde. La actividad delictiva se nota sobre todo en la época de zafriña, que en este caso corre desde el 1 de diciembre y se extiende hasta marzo.
Desde el sector solicitan que se tomen las medidas necesarias y que se generen marcos de control, con el objetivo de evitar las pérdidas para el colono.
En lo que va del mes, se conocieron dos casos, ambos en la zona Norte. Uno de ellos se dio en colonia San Lorenzo, donde la Policía logró recuperar más de 600 kilos que se encontraban en las ponchadas y que habían sido sustraídos del yerbal.
Mientras, en colonia Primavera, los efectivos policiales habían detenido a un contratista y demoraron a tres peones, quienes intentaban llevarse doce raídos de hoja verde. En dicha ocasión, el propietario del yerbal había denunciado que un grupo de personas estaba cosechando plantas de yerba y, al verlo, se ocultaron en el monte.
Los referentes del sector aseguran que se dan más casos, pero muchos no son denunciados debido a los trámites que debe hacer el productor afectado.
Asimismo, los damnificados reconocen que muchas veces se sabe quiénes son los responsables del delito, ya que las cuadrillas están compuestas por tres o más personas y uno que está al mando.
No obstante, tienen miedo de que haya represalias o la situación se torne más grave. Por ende, algunos no realizan las denuncias en la Policía.
Sobre el tema, habló con El Territorio Cristian Klingbeil, quien forma parte de la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (Apam), y dijo que se habían realizado varios reclamos al respecto.
Reconoció que la situación se agrava en la época de zafriña, sobre todo en las fechas de las fiestas o los primeros días de enero, ya que algunos colonos no se encuentran en la chacra.
En consecuencia, detalló que “lo que pasa es que si roban la yerba en esta época no se tiene para la cosecha de invierno, además todo lo que le roben al productor es plata”.
Asimismo, explicó que “cuando roban siempre destruyen el yerbal, ya que entran y rompen de cualquier forma y se debe tener en cuenta que para que la planta siga creciendo se debe hacer bien el corte. Para ello, se debe saber cosechar porque si se rompe de cualquier forma la planta baja el rendimiento y demora años en recuperarse”.
En relación a la cantidad que suelen sustraer de los yerbales, el referente de Apam señaló que “pueden ser entre 400 y 1.000 kilos de solo una chacra, pero a veces van sacando la yerba de varios lugares”.
En cuanto al monto que pierden los obreros de la hoja verde se puede detallar que unos 1.000 kilos representaría unos 8.400 pesos.
En este sentido, Klingbeil dijo que “para el que roba es un negocio redondo porque es plata que se gana sin esfuerzo, pero para el productor que tiene que estar cuidando todo el año la planta y haciendo limpieza y fertilizando representa una pérdida”.
A la vez, subrayó que “para un productor lo peor es perder un año de cosecha y encima las plantas quedan en mal estado”.
Enfatizó que “cualquier robo en esta época de crisis representa grandes pérdidas, pero esto no se da solo en la yerba sino que también en otros sectores como en el ganado, por ejemplo” (ver Recorridas para…).
“Nadie va preso”
Una de las situaciones que molesta a los productores de la hoja verde es que en estos casos de sustracciones “nadie va o queda preso por muchos días”.
Esto deriva en que muchos afectados no realicen las denuncias correspondientes.
El referente de Apam indicó que “se había gestionado varias notas en distintos organismos pidiendo que se evalué el cambio de carátula en estos casos, pero el proceso que se debe hacer es muy largo y nunca se avanzó en el tema”.
En lo referente a la carátula, fuentes oficiales explicaron que cada juzgado puede evaluar el delito de una forma diferente, ya que toma distintos parámetros para llevar adelante el caso.
En estas situaciones las personas que cometen el delito, por lo general, son acusadas de un robo menor o delito contra la propiedad.
Por lo tanto, a veces pagarán una caución real y, en otras, harán un juramento en el cual se comprometen a no salir del país, pero en pocos días quedan en libertad.
Para esto, también los jueces toman en cuenta las posibles lesiones que se generaron durante el delito y en qué situaciones fueron encontrados los responsables, es decir, de manera infraganti, si se entregaron o si huyeron, entre otras opciones.
Cómplices
Con respecto a la venta yerba robada, Klingbeil reconoció que “hay mucha compra de yerba en negro, pero después ese producto en negro se blanquea a nombre de alguien”.
Ante este panorama, explicó que “se pidió al Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym) que se controle esto, pero siempre hay secaderos cómplices”.
Según expuso, una vez que la yerba ingresa a un secadero, es más difícil que el productor recupere su materia prima.
En tanto, recordó que “hay que presentar documentos al Inym en los que se explica de dónde salió la yerba y quién es el productor”.
Piden que se denuncien los casos
Por otro lado, desde el Ministerio del Agro y la Producción de Misiones, su titular José Luis Garay también abordó la problemática.
Detalló que las zonas más afectadas por este tipo de delito son la Centro y la Norte.
“Es una problemática que se ve y, por lo general, son cantidades chicas, por ahí a veces se sabe que sustraen hasta un total de 3.000 o 4.000 kilos ”, manifestó.
Observó también que los robos se dan por lo general en época que el producto tiene mayor valor.
En coincidencia con Klingbeil, dijo que “una vez que la yerba entra en el secadero, es más complicado saber quiénes son los responsables y, por lo pronto, no hay otra carátula que no sea robo, es lo mismo que el abigeato”.
Por otro lado, solicitó que los productores siempre realicen la denuncia.
Recomendó que “se trate de cuidar los yerbales, porque los mayores casos se dan en las chacras extensas como ser San Pedro o toda la zona Norte de la provincia donde las superficies son muy grandes y, a veces, están solas y sin cuidadores”.
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