“Alimento sano y de calidad. Esa es la meta: Certificar que nuestra yerba mate llega a todos los consumidores con trabajos donde priman el cuidado y la excelencia”. De esta manera, Raúl Escalada, del área técnica del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) explicó la decisión de impulsar las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) en yerbales, una iniciativa que se oficializó primero en Santo Pipó y ahora en Montecarlo.
La iniciativa propone optimizar las prácticas de manejo de las plantas y suelo del yerbal, garantizando la seguridad laboral de los trabajadores, y se implementará de manera conjunta entre técnicos del INYM (organismo que financia el programa), Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Cooperativa Agrícola Mixta de Montecarlo Limitada.
“El mundo exige cada vez más contar con alimentos certificados”, manifestó Heriberto Friedrich, presidente de la Cooperativa que cuenta con 538 socios, procesa 16.000.000 de hoja verde y 6.000.000 de yerba mate canchada, y exporta a Chile, Líbano, Polonia, Canadá, Francia y Estados Unidos. “Tenemos que trabajar muy fuerte sobre la aplicación de las BPA; el mercado nos pide eso y nos indica que hay que respaldar al productor, es fundamental, un requisito que ya es habitual en otros países”, agregó.
Los agricultores socios de la Cooperativa compartieron el viernes una charla brindada por los profesionales de las instituciones, donde se expuso de qué manera se prevé implementar las BPA en sus chacras. “Estas prácticas de manejo vegetal tienen una importancia fundamental debido a que uno de sus objetivos es asegurar la inocuidad del alimento y brinda a su vez garantías que se cumplen con estándares de calidad”, contó Germán Kimmich, auditor de IRAM. Además, continuó, “se propone producir de manera que se proteja el ambiente y garantizar un bienestar laboral para quienes se desempeñen en el lugar”.
Entonces, las BPA “impactan en toda la cadena y en todos los actores de una producción en particular, con beneficios tanto para el productor como para el consumidor”.
Kimmich consideró que aplicar Buenas Prácticas Agrícolas en Yerba Mate “es sumamente factible” teniendo en cuenta que “es un cultivo noble, y ya hay experiencias de este tipo en la zona productora”. “Lo más importante –dijo el técnico- es tomar la decisión tanto de la parte, en este caso, Cooperativa como de los productores y sus familias, todos sintonizados en iniciar las BPA y continuar con el sistema de mejora continua. Luego es claro el camino, implementarlo conlleva una simplicidad muy grande”.
El proceso de implementación y certificación de BPA “comienza con el INYM sumando fortaleza con la Cooperativa, que tiene a su cargo elaborar y desarrollar la metodología de procedimiento para la aplicación con los productores, con los socios, en las chacras, y el IRAM lo que hará es un programa evolutivo con auditorias a lo largo de un año calendario, donde se pretende ir evaluando y verificando el cumplimiento de criterios de las normas IRAM para BPA, hasta lograr la certificación”, detalló Kimmich.
El técnico indicó que los criterios a contemplar son, en líneas generales, los siguientes: mantener y mejorar la fertilidad suelos aplicando técnicas de manejo y conservación de suelos; optimizar la productividad y el uso de insumos (fertilizantes, energía, mano de obra); realizar un manejo integrado de plagas y enfermedades; aplicar normas adecuadas para la cosecha de yerba mate en la explotación; reducir, reutilizar y reciclar residuos; utilización de los elementos de protección personal, y lograr que la producción yerbatera preserve y sea amigable con el ambiente.
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