“Yo creo que mi tío nunca pisó el consultorio de un médico. Era un roble, sanísimo. Trabajó toda la vida, nunca molestó a nadie y era muy querido por todos. Para colmo lo asesinaron de la peor manera y el cuerpo estaba tan descompuesto que no pudimos despedirlo como se merecía”, lamentó José Bandeira (37), sobrino de Felipe Rodríguez (78), quien fue degollado en una chacra de Campo Viera.
El cadáver del septuagenario, conocido como ‘Joya’, fue hallado el viernes pasado, tendido sobre su cama y envuelto y atado en una frazada, con una evidente lesión en el cuello. El cuerpo se encontraba en avanzado estado de descomposición y la posterior autopsia confirmó que sufrió “una decapitación incompleta”.
En las horas posteriores, personal policial detuvo a Hugo F. (18), alías Tahuató, Juan F. (19), conocido como Manguera y un menor de 16 años, todos con antecedentes.
Los sospechosos están alojados en diferentes dependencias de la Unidad Regional II y se estima que mañana serían citados a indagatoria ante la magistrada Alba Kunzmann de Gauchat, titular del Juzgado de Instrucción Uno de Oberá.
Para los investigadores el móvil del crimen habría sido el robo, puesto que en las inmediaciones de la vivienda de la víctima hallaron su televisor, una motoguadaña y otras herramientas de su propiedad.
Por su parte, la familia y la comunidad de Campo Viera no salen de su asombro ante la gravedad del hecho que le costó la vida a un apreciado vecino.
En diálogo con El Territorio, Bandeira comentó que su tío residió 40 años en la chacra donde lo mataron. Nunca se casó ni tuvo hijos, por lo que después de jubilarse se quedó viviendo en el mismo lugar, ya que gozaba de la mayor confianza de los propietarios.
El peor final
De todas formas, habida cuenta la avanzada edad de la víctima, tiempo atrás sus hermanas le propusieron que se mude al pueblo, aunque don Rodríguez no aceptó.
“Como ya estaba viejito mis tías querían que vaya a vivir más cerca, pero él no quería. Él era feliz en la chacra y nunca tuvo miedo. Decía de qué voy a tener miedo si no le hago mal a nadie”, recordó emocionado.
En tanto, Bandeira mencionó que conoce de vista a los sospechosos del macabro hecho, al tiempo que destacó el rápido avance de la investigación.
“Si son ellos que paguen porque lo que hicieron no tiene nombre. El tío podía ser el abuelo de ellos, pero ni así tuvieron piedad. La sociedad está muy violenta, hay mucha droga y ojalá que esto sirva para que la gente se cuide más”, reflexionó.
Tampoco descartó que el septuagenario se haya resistido al robo, aunque también mencionó que “los delincuentes lo habrán matado porque mi tío los conocía”, agregó.
El hallazgo
El jueves por la tarde, alrededor de las 16.30, el cuerpo sin vida del septuagenario fue hallado en avanzado estado de descomposición tenido boca arriba en la cama de la humilde vivienda que habitaba en una chacra del lote 194 de la ruta provincial 6, propiedad de Oscar Krakowski.
El hallazgo se produjo luego de que personal de la comisaría de Campo Viera fuera alertada por un vecino de la zona que pasó por el lugar y sintió olores nauseabundos provenientes de la vivienda.
En el interior había gran cantidad de moscas y se estima la data de muerte entre una semana y diez días.
La víctima trabajó y se jubiló como peón rural, y en la chacra donde residía estaba al cuidado de las instalaciones de un secadero abandonado. A pesar de su avanzada edad, era una persona muy activa y de buena salud.
Su vitalidad quedó plasmada en que casi a diario recorría en bicicleta los cuatro kilómetros que hay desde la propiedad donde residía hasta el pueblo para hacer las compras o pasear para distraerse.
Sobre la data de muerte, precisaron que las bajas temperaturas de principio de la semana pasada pudieron haber retrasado el proceso de descomposición del cuerpo, al igual que la frazada en la que estaba envuelto.