El embarazo adolescente viene en descenso en los últimos años en Misiones. Sin embargo, niñas de entre 10 a 14 años, que están vinculadas directamente con una situación de abuso sexual
Los casos casi siempre son en el seno familiar, según aseguran los especialistas.
Así, en 2018, en la provincia nacieron 198 bebés de menores que no superan los 14 años, esto es, un bebé cada dos días aproximadamente.
Es por esas cifras que desde hace dos años se aplica el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (Enia) en los departamentos Capital, Oberá y Guaraní, donde se dan la mayoría de los casos.
Por ejemplo, de los 198 nacidos, 27 fueron de madres que tienen residencia en el departamento Capital, 24 en Guaraní, 24 en Oberá y 21 en el departamento Iguazú y el resto se dividen en las otras zonas geográficas de la tierra colorada. Y de los 198, hubo 36 recién nacidos con bajo peso.
De los 4.548 nacidos de madres de entre 15 a 19 años se sostuvo que 1.000 fueron de adolescentes con residencia en el departamento Capital, 358 en Eldorado, 405 en Guaraní y 494 en Oberá, el resto de las adolescentes tienen residencia en las otras localidades. Y de los 4.548, un total de 358 bebés nacieron con bajo peso.
En ese marco, y con esos números, es que surge la cuestión sobre cómo se está implementando la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) en Misiones.
Sensibilizar
Como pilares centrales el Programa Enia se propone sensibilizar sobre la importancia de prevenir el embarazo no intencional en la adolescencia; potenciar el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos en la adolescencia; brindar información sobre salud sexual y reproductiva y métodos anticonceptivos en forma gratuita en los servicios de salud. Por eso escuela y Caps trabajan de forma mancomunada con las asesorías de salud. Además se busca fortalecer políticas para la prevención del abuso, la violencia sexual y el acceso a la interrupción legal del embarazo según el marco normativo vigente.
“El Enia se está implementando en todas las escuelas secundarias públicas de estos tres departamentos mencionados, pero lamentablemente en Oberá tuvimos y tenemos todavía algunas escuelas donde hay resistencia a su implementación”, comentó Redero.
Una niña no debería ser madre”
Según anunció Gabriel Castelli, secretario nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, el embarazo adolescente bajó un 20% en los últimos tres años en la Argentina.
En una jornada sobre embarazo no intencional en la adolescencia que se realizó en Salta, Castelli difundió que “en 2015 hubo 111.699 nacimientos de madres adolescentes menores de 20 años. En 2018 bajó a 87.118”.
En la Jornada Prevenir y Actuar Frente a los Abusos Sexuales y Embarazos en la Niñez y Adolescencia, la socióloga Silvina Ramos, coordinadora del Plan Enia, sostuvo: “El embarazo adolescente tiene muchas especificidades. La primera es el carácter no intencional, porque 7 de cada 10 chicas menores de 20 dicen que no fue planificado”.
“Entonces, hay dos grupos: el no intencional, que es sobre el que trabaja Enia y las que no dicen que no lo querían, a las cuales hay que garantizarles todos los derechos que les asisten como ciudadanas en materia de protección social de la maternidad”, agregó en un cable de Telam. Y la otra gran especificidad es la de las menores de 15 años, “donde la amplía mayoría de esos embarazos son fruto de abusos sexuales intrafamiliares”.
Y afirmó: “Una niña no debería ser madre. Una niña necesita jugar, soñar, y la violencia contra su integridad física y la imposición de llevar adelante un embarazo y una maternidad forzada es una vulneración brutal de sus derechos y de su vida. Tenemos que hablar de esto y trabajar en conjunto”.
En Argentina el aborto es legal en casos de violación y cuando el embarazo puede provocar riesgo de salud o muerte. Una niña tiene cuatro veces más riesgo de morir en el parto que una joven mayor de 20 años. Sin embargo, el acceso a muchas de estas interrupciones legales es negado.
En este sentido, una nota reciente de Clarín asegura que el abuso sexual es el delito más impune porque es el que menos se denuncia, y es que no sólo las víctimas son niñas sino que la mayoría de los agresores (7 de cada 10) son familiares o personas conocidas por la víctima. Y a los trastornos en la salud física y psíquica que producen los embarazos forzados, la mayoría de las niñas deja la escuela para criar a su hijo.
FUENTE EL TERRITORIO
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