Lleva dos años de plantear y solicitar, en buenos términos, que desde la obra en construcción lindante al techo de su departamento dejen de caer restos de mampostería, herramientas y demás insumos de obra.Sin embargo ayer domingo no sólo sintió miedo, también sumó la bronca extrema porque a la supuesta negligencia de los operarios se le sumó el destino servido por la naturaleza que colaboraron para que se precipite una pileta fibroplástica sobre las chapas de zinc de su hogar.
El insólito episodio posadeño se registró por calle Beethoven al 1.600 (entre las avenidas Leandro N. Alem y Centenario), sobre el techo del cuarto piso, donde una empleada pública y estudiante universitaria reside y donde se oyó el estruendo de la piscina al caer.
De acuerdo a la denuncia realizada en la comisaría Decimosexta, las quejas por los problemas que genera la construcción de otro edificio al lado no fueron pocas, pero nunca habían generado el miedo de ayer, cuando almorzaba y sintió la caída de la estructura plástica a las 12.50.
La Policía Científica realizó su labor para que se investigue si la obra lindera contaba con las medidas de seguridad correspondientes.
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