EDITORIAL POR
Jorge Mielniczuk |
Del pensamiento del ‘no vuelven más’, los sectores del peronismo se unieron para volver al poder en la Argentina con un grupo interno mayoritario que es el kirchnerismo, que, como todos los sectores internos, quieren tener espacio y poder con el propósito de crecer políticamente.
El gobierno de Mauricio Macri, autoproclamado jefe de la oposición y encabezando el Frente Juntos por el Cambio, en su retirada, se autoconvocó a seguir dentro del mismo espacio político que no sigue convenciendo al sector mayoritario del radicalismo, que cree que uniendo sus fuerzas internas, la misma inercia lograda por el peronismo los podría movilizar electoralmente con vistas a las próximas elecciones, conocidas como ‘de medio término’, que son las elecciones legislativas y que suelen tener sus complicaciones, o bien, avales traducidos en votos, según la marcha del gobierno nacional y provincial.
La convocatoria a elecciones para renovar las autoridades de la Unión Cívica Radical misionera (UCR), movilizó a los diferentes espacios internos provinciales, quienes comenzaron trabajar en el armado de una lista para competir en los comicios, con el actual oficialismo, y de esta manera, lograr la normalización del partido.
Los comicios se harán el 1 de marzo del año que viene y se renuevan todos los cargos provinciales, municipales y nacionales de los comités y de la Convención de la UCR, de acuerdo al llamado del Interventor. Y este próximo 15 de enero se estarán cerrando las listas, cuestión que fue objetada, por la incomodidad de la fecha.
En el ámbito del Partido Justicialista, no todos están de acuerdo con la actual conducción del partido en manos del diputado provincial Rafael Pereyra Pigerl, por lo que algunos sectores internos se encuentran abocados a tratar de conformar una lista que convoque a la mayoría de los sectores internos, con el fin de lograr la conducción del PJ Misiones. Como referente principal de la movida lo tienen al ex intendente Juan Carlos Ríos, mientras esperan una señal del PJ a nivel nacional o la aprobación del presidente Alberto Fernández.
Lo difícil del actual momento político, económico y social, es que el partido justicialista quiera abrir procesos de disputas internas, cuando la convocatoria fue amplia y dio buenos resultados electorales. Queda en claro que al PJ, en las actuales circunstancias y con una oposición desorientada y en descomposición, le conviene seguir unida en pos de seguir manteniendo el poder para más adelante definir los cargos partidarios, que no definen liderazgos sino más bien obedecen a estrategias de conducción política.
Dentro de este contexto político, también se encuentra el oficialismo provincial como aliado del gobierno nacional, manteniendo el sentido de pertenencia del bloque misionerista, que se vio plasmado en el bloque de diputados nacionales, no así en el de senadores, en donde el senador misionero Maurice Closs, convertido en el vicepresidente primero del Senado no estaría manteniendo diálogos políticos con la conducción provincial del Frente Renovador, con lo que se alimentan algunas especulaciones de un armado político interno dentro del oficialismo o un armado por fuera del Frente renovador.
Lo que en su momento fue una casualidad o una expresión del momento, fue ratificada por el conductor del Frente Renovador Carlos Rovira al momento de asumir la presidencia de la Legislatura, elogiando abiertamente la gestión y la figura del ex gobernador y actual diputado provincial Hugo Passalacqua, al volver a reiterarlo como potencial candidato a gobernador para el 2023. Falta mucho tiempo, pero es una señal clara, teniendo en cuenta algunas otras pretensiones políticas que buscan, de alguna manera, ir posicionándose con vistas al futuro. Los dichos de Rovira serían hoy por hoy el horizonte hacia donde mirar el futuro político provincial, dado que el actual gobernador Oscar Herrera Ahuad, no cuenta con la posibilidad de ser reelecto.
Habrá que pasar el verano
Se habla de que parte de la reactivación económica que se espera que se produzca se comenzará a visualizar recién a fines del primer trimestre del año, mientras el gobierno nacional encabezado por el presidente Alberto Fernández, corre con varias urgencias y prioridades, más allá de la emergencia económica, que es la búsqueda de la reactivación económica, con la recuperación del poder adquisitivo en el sectores asalariados tanto públicos como privados, tratando de frenar aumentos en tarifas como en transporte y combustibles, entre otros, con el fin de que los mismos tengan un impacto menor en los bolsillos de los consumidores.
Las muestras de austeridad, más allá de que no hacen la gran diferencia, son señales de que de alguna manera son necesarias ante la atenta y expectante mirada de los sectores más castigados, que como muestra de ello, fue el congelamiento de los sueldos de los funcionarios públicos a nivel nacional tanto en el ejecutivo como en el legislativo. Medida que fue acompañada en la provincia por el gobernador Oscar Herrera Ahuad y el presidente de la Legislatura provincial, sumándose a ella, también el poder judicial. No hacen la diferencia económica, pero pone en contexto a la administración pública.
En este contexto económico, algunos municipios se han visto con algunas dificultades en el pago de sus compromisos y otros con el pago del aguinaldo. En el caso del municipio de Oberá, no hubo inconvenientes por la ya conocida austeridad con la que se maneja la gestión del intendente Carlos Fernández, a fin de evitar sobresaltos económicos, que no los tuvo en los últimos años y que pretende mantenerse dentro de esos estándares de austeridad ante las caídas experimentadas en los niveles de recaudación.
Es dentro de este contexto en el cual el gobernador Herrera Ahuad lanzó una amplia moratoria provincial con la intención de recaudar más de 600 millones de pesos, de manera tal de poder llevar adelante la administración provincial de manera ajustada pero con oxígeno económico para hacer frente a las demandas sociales y económicas, mientras se espera un repunte en la economía global del país.