Los jóvenes Pordioseros pasaron por Posadas. En show caliente, íntimo y poderoso de una banda que viene festejando más de dos décadas de vigencia en la historia del rock argentino.
Con la patria colgada sobre el cuello, bailes al mejor estilo Mick Jagger, golpes en la cabeza, gritos, y de tanto en tanto unas pitadas del broncodilatador para no perder el aire, Toti Iglesias, el Frontman de los Jóvenes Pordioseros (JP) regaló uno de los recitales más esperados en la provincia.
Desde la salida de “”Viva el Rock and Roll”, disco en formato CD / DVD, la banda formada en Villa Lugano se embarcó en una gira por toda la argentina con la única misión de reafirmar que a pesar de esta nueva era de mainstring, y como parafrasear el nombre de su ultimo material editado: El rock no está muerto.
Los Jóvenes Pordioseros son acreedores de una extensa carrera musical plagada de canciones que ya forman parte del cancionero popular de las masas. Todavía no puedo olvidarte, Nunca me enseñaste a estar solo, Cuando me muera y sobre todo el hitazo tribunero de “Descontrolado”, son algunos de los sellos de la banda que persiste con ese sonido tan característico a lo que llamamos Rock chabón. A esto le suman algunas otras canciones que también son una bomba escucharlas en vivo: “Espadas y serpientes”, “Intoxicado”, “Hijo del Oeste” y una que otras joyitas más.
A todo esto se suma el carisma, la personalidad y la impronta de Toti Iglesias. Todos quieren sacarse una foto con el cantante de los Jóvenes Pordioseros. El cariño de sus admiradores se sintió desde su llegada en taxi a La Bionda – El Templo del Rock – alrededor de las 3 de la mañana. Ese cariño no se dejó de sentir durante toda la velada nocturna. Quizás por su historia, por su banda o por su simple manera de comunicarse con la gente, el Toti ya se acomoda en la lista de los Frontman más queridos y reconocidos del género como lo son el Pity Álvarez, Juanse, Chizzo (La Renga), Facundo Soto (Guasones), Federico Caravatti (Gardelitos), o el gran Bocha Sokol.
Y te quiero, no me preguntes ¿Por qué?
//Cuando me muera quiero que canten esta canción //, Así cierra la primera estrofa de una de las canciones más significativas de la banda: Cuando me muera. Una declaración pura y sincera de quien entregó su vida al rock. Quizás será por eso que los JP cada vez que se presentan en una fecha no importa si hay miles de personas, cien o un puñado, ellos se entregan a la música y a la energía contagiosa de un público que va desde unos pasados treintañeros a esos pibes que recién empiezan a entender lo complejo y maravilloso que son las calles del barrio.
Con la carga emotiva de quienes los vieron por primera vez, de quienes tomaron como excusa esta ritual para volver a encontrarse con aquel sonido que teletrasporta a los primeros años del 2000; los Jóvenes Pordioseros siguen descubriendo y reafirmando que mientras sigan sobre los escenarios: El rock no morirá.
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