«La máquina que permitía producir 68 pastillas por minuto, unas 4000 por hora, estaba arriba del lavarropas», recordó un jefe policial que participó del allanamiento en la casa de Martínez donde vivían el farmacéutico y su esposa, junto con su beba de 20 meses.
La investigación fue dada a conocer en una conferencia de prensa por el vicejefe de Gobierno porteño, a cargo del Ministerio de Justicia y Seguridad, Diego Santilli, el fiscal general de la Ciudad, Juan Bautista Mahiques, y el secretario de Seguridad porteño , Marcelo D’Alessandro.
Según informaron los funcionarios, la banda comercializaba pastillas de Oxicodona, un opiácido usado para tratamientos contra en pacientes con cáncer y genera una fuerte adicción. Cada dosis era comercializada a 1000 pesos. Por los conocimientos de Sebastián A., los investigadores compararon la investigación con la exitosa serie Breaking Bad, donde el protagonista, un profesor de química enfermo de cáncer decide comenzar a elaborar droga sintética en complicidad con un ex alumno.
«La oxicodona es altamente adictiva. Para poder salir hace falta un tratamiento. En la elaboración de sus pastillas, el sospechoso mezclaba oxicodona con metadona, otro opiácido utilizado en tratamiento contra el dolor. Se hizo conocido con publicidad boca a boca. Él decía que su productor era mejor que el éxtasis», explicó un jefe policial que participó de la investigación. Es la primera que la Policía de la Ciudad secuestró este tipo de droga, dijeron fuentes oficiales.
El laboratorio estaba instalado en el lavadero de la casa del farmacéutico, ubicada en Libertad al 1100, en Martínez. Se trata de un chalet de dos plantas, con un hidromasaje en el patio y decorado con muebles al estilo Luis XV
La causa, a cargo del fiscal penal, contravencional y de faltas porteño Anibal Brunet, comenzó en agosto del año pasado cuando personal de la División Precursores Químicos de la Policía de la Ciudad hacía tareas de prevención en el complejo Mandarine Park, en Costanera Norte, en la previa de una fiesta electrónica.
«En la fiesta electrónica de agosto pasado se obtuvo el dato de que una persona vecina de Mataderos vendía drogas sintéticas en las previas a las fiestas electrónicas. La comercialización no se hacía en las cercanías de rave, sino que los clientes iban al domicilio del vendedor o éste les hacía el servicio de delivery», explicó una fuente policial.
El dato del vendedor con domicilio en Mataderos fue el puntapié inicial para llegar al farmacéutico. Autorizados por la Justicia, los detectives policiales hicieron tareas de vigilancia y seguimiento del distribuidor de la droga. Dos veces por semana, el farmacéutico le entregaba pastillas a su distribuidor, dijeron fuentes del caso.
«A partir de las tareas de vigilancia, se logró identificar al proveedor de la droga. Pudimos determinar que Sebastián Agostini, el farmacéutico, producía distintas drogas sintéticas. La materia prima la materia prima la obtenía de las farmacias propiedad de su esposa», afirmó un detective que participó de la investigación.
Los sospechosos fueron detenidos a fines de la semana pasada. Los allanamientos, solicitados por el fiscal Brunet, fueron autorizados por la jueza en lo penal, contravencional y de faltas Gabriela Zangaro.
El farmacéutico había hecho inversiones en la zona de Bombinhas, en la isla de Santa Catarina
«Cuando irrumpimos en la casa, el farmacéutico estaba en el patio, cerca de él había una pistola calibre 45. No sabemos si estaba a punto de escapar o pensaba resistirse y usar el arma», agregaron las fuentes consultadas.
Los informantes explicaron que, según surge en las escuchas telefónicas autorizadas por la Justicia, Sebastián A., que estudio la carrera en una universidad privada, pensaba instalarse en Brasil.
«Había hecho inversiones en la zona de Bombinhas, en la isla de Santa Catarina. Sospechamos que se iba a ir a vivir a Brasil pero con la idea de venir periódicamente a la Argentina para seguir con su negocio narco», dijo una fuente con acceso al expediente.
La esposa del farmacéutico fue beneficiada con el arresto domiciliario por cuestiones de salud, agregaron fuentes policiales.
«Hay delitos que se ven y otros que no se ven, que están ocultos y requieren de una tarea de investigación muy profunda. En este caso, quiero felicitar a todo el equipo de la Policía de la Ciudad y destacar la labor en conjunto con el fiscal general Mahiques, que ha hecho un trabajo extraordinario y lo viene haciendo en un montón de casos en la Ciudad de Buenos Aires», sostuvo Santilli.
Mahiques resaltó el trabajo en equipo entre el Ministerio Público Fiscal y las fuerzas de seguridad. «Nosotros buscamos terminar con estos delincuentes que lo único que hacen es llevarle esto a la gente que quiere divertirse, en estos casos en fiestas electrónicas», afirmó.
En la casa de San Isidro, la Policía de la Ciudad secuestró materia prima para la elaboración de las pastillas, la máquina para hacer comprimidos, una pistola Taurus calibre 45 , otra Bersa calibre 22, dos revólveres y gran cantidad de municiones, entre las cuales había balas de punta hueca.
Además, el personal policial se incautóe de un Peugeot 208 que era utilizado por el dealer y un Alfa Romeo Giulietta, y cinco motos de alta cilindrada.
«Esto es resultado de una política criminal que llevan adelante la Fiscalía General y la Policía de la Ciudad. Esta política criminal está llevando a cabo una pelea irrestricta contra el narcotráfico», sostuvo D’Alessandro.
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