La desolación invade el rostro de Ana Karla Casales, directora del Bachillerato Orientado Provincial (BOP) 105 de Villa Barreiro, institución que el último fin de semana padeció una devastadora seguidilla de robos y hechos de vandalismo que generaron un enorme perjuicio.
Según las sucesivas denuncias radicadas ante la Seccional Cuarta de Oberá, en apenas 48 horas el colegio fue asaltado en cinco oportunidades, sin que hasta el momento la Policía haya podido dar con los malvivientes.
En ese contexto, la directora y sus colaboradores tomaron la decisión extrema de soldar todas las puertas como medida de prevención.
“No sé si será la solución, pero al menos a los ladrones no les será tan fácil palanquear las puertas. El horrible lo que estamos pasando. No puedo creer que exista tanta impunidad para hacer daño. No puedo creer que exista tanta impunidad para hacer daño. Esto es tierra de nadie”, lamentó Casales.
Ayer, diálogo con El Territorio, la directora reclamó un mayor compromiso de las autoridades policiales en tareas de prevención, puesto que la institución se halla ubicada a dos cuadras del Comando Sur y poco más de la Seccional Cuarta, con jurisdicción en la zona.
“Pero se pasan la pelotita. Necesitamos más presencia policial, pero en serio”, mencionó sin ocultar su hartazgo por la falta de avances en la investigación de los sucesivos hechos.
Asimismo, ante la paralización de las clases por la pandemia del coronavirus, lo que deriva en un menor movimiento en el lugar, se mostró muy preocupada ante la posibilidad de nuevos hechos delictivos.
Incluso, comentó que desde el sábado está pagando un sereno con recursos propios, un gasto que no podrá sostener por muchos días más, reconoció apenada.
Una portera valiente
Visiblemente consternada por la situación, comentó que en durante las vacaciones de verano padecieron el robo del equipamiento del baño de varones, denuncia de la que tampoco conocieron avances.
Pero entre el último viernes y el domingo se sucedieron cinco hechos, una seguidilla que grafica la impunidad con que se mueven los delincuentes.
“El viernes a las 11 de la noche sonó la alarma y la portera, que vive en frente, avisó a la Policía. Como sonó la alarma los ladrones escaparon y no pudieron llevarse el horno eléctrico y la heladera, que sacaron de la cocina y dejaron cerca de la puerta de la dirección. Igual se llevaron una caja de herramientas”, detalló.
Así, entre denuncia y trámites, permanecieron en el colegio hasta la 1. A las 3 de la madrugada la directora fue requerida nuevamente por la Policía y al llegar constataron que los ladrones habían vuelto a ingresar para saquear el kiosco y robar elementos de librería.
En esta segunda ocasión no se activó la alarma porque ingresaron por los fondos que limitan con el predio de la Escuela 822, que está separado del BOP 105 por apenas por dos líneas de alambre.
Pero esto no fue todo, ya que minutos antes de las 6 del mismo sábado la portera escuchó ruidos y acudió con sus perros al lugar, donde se topó con varios sujetos que se dieron a la fuga con el inodoro del baño para discapacitados. Además sacaron los cuatro matafuegos, aunque sólo pudieron escapar con uno.
“La portera vino con los perros y los corrió. Incluso le dio un planazo con el machete a uno. Se arriesgó mucho, pero lo hizo porque quiere a la institución”, subrayó Casales.
Con valiente accionar, la portera no sólo puso en fuga a los ladrones y permitió recuperar los matafuegos, sino que luego le aportó a la Policía algunas características de los delincuentes. De todas formas, hasta ahora no hubo novedades en la investigación.
Roban y destruyen
El BOP 105 comparte el predio con la Escuela 822 y el Nivel Inicial. Se trata de una manzana completa con cercado perimetral, aunque el mismo fue forzado en varios sectores y resulta insuficiente para evitar el paso de extraños, sobre todo de noche.
El fin de semana los malvivientes también rompieron las cerraduras del baño de varones y del depósito del BOP, tal vez con la intención de robar parte del mobiliario.
En tanto, la directora explicó que ante la sucesión de robos y hechos que vandalismo que padecieron en los últimos años, desde hace tiempo los directivos, preceptores y profesores se turnan para llevar las computadores y equipos a sus respectivas casas, ya que “todo lo que dejamos en el colegio nos roban o destruyen”, lamentó.
El domingo, Casales permaneció en la institución desde las 6 hasta 17, lapso en que el que soldaron todas las puertas, tarea que fue realizada por su propio padre, muestra de notable el compromiso con la institución.
“Pero igual el domingo a la noche volvieron a entrar y aflojaron las ventanas. Por suerte estaba el sereno y puedo repeler a los ladrones. Tampoco sé hasta cuándo voy a poder pagar un sereno. Por eso necesitamos que la Policía se mueva y nos ayude”, insistió.
Además ponderó el compromiso del personal del colegio, quienes colaboran fuera de horario para atender las diferentes situaciones que generan los reiterados hechos de inseguridad.
Consultada al respecto, Casales mencionó que elevará un informe a las autoridades educativas, al tiempo que alertó: “Así, con las puertas soldadas, el 31 no estaremos en condiciones de empezar las clases, por lo que veremos qué alternativas nos brindan para poder trabajar en condiciones dignas”.
Entre la noche del viernes y la mañana del sábado se denunciaron tres robos, todo en el lapso de siete horas, desde las 23 hasta las 6.
FUENTE FOTO EL TERRITORIO/ DANIEL VILLAMEA