María Solange Diniz Rabela, tenía 24 años y residía en la aldea mbya guaraní Tarumá Poty en compañía de su pareja y cacique de la comunidad, Marcelo N. de 36 años, el que está detenido como principal sospechoso del crimen.
El asesinato de María Solange se habría producido entre el jueves y viernes de la semana pasada y el domingo Miguela fue anoticiada de que a su hija la asesinaron, que fue una muerte violenta, horrible, desmebrada y quemada, según los comentarios de los familiares de la apesadumbrada abuela.
Todo sucedió en la aldea, distante a unos 30 kilómetros del casco urbano de San Vicente. Y al parecer, el cacique estaba consiguiendo tapara todo, hasta que por pedido de la familia de María Solange, la Policía continuó con la investigación que ahora tiene al cacique como epicentro de las pesquisas.
«Estoy preocupadísima, por la situación que pasó, cuando trajeron el cuerpo desde Posadas, nadie me comentó cuál fue la causa del fallecimiento. Si él la mató o qué sucedió. No quieren darme una mano, no me dan solución», se quejó Miguela, que detalló que el hijo más grande de su hija está con ella hace varios años y que ahora «quiero recuperar al más chico, pero me piden los documentos del niño y yo no los tengo, eso lo tenía él».
«El sábado trajeron a la nena de Posadas, después de la autopsia. No me dijeron cómo la mataron, no tengo ninguna información. Mi esposo fue a hablar con la jueza. También están mis nietitos. Me piden que lleve las partidas de nacimiento para entregarme», reiteró y que una vez que logre tener al otro nieto, ella va estar más tranquila».