Entre los reclamos provinciales por mejores condiciones laborales de los trabajadores de salud, los profesionales de enfermería del hospital SAMIC de Oberá señalan que hace años esperan ser incorporados a la planta de personal. De acuerdo a lo compartido por el grupo de autoconvocados de este nosocomio, en algunos casos, están esperando hace cuatro, cinco años, realizando el trabajo informal, con la promesa de que serían contratados.
Estos números son alarmantes teniendo en cuenta que pertenecen a uno de los sectores que prestan su servicio en la primera línea de combate contra el coronavirus en las guardias de emergencia. Sin embargo, según lo precisado por estos profesionales, la inestabilidad laboral se extendería a todos los sectores del SAMIC obereño.
“En emergencia de adultos, de 32 enfermeros profesionales, 17 están en negro, sin contrato, más de la mitad de los enfermeros son trabajadores sin contrato. Cobran dos meses atrasados, con suerte: algunos todavía deben cobrar febrero. Gozan de cinco días de vacaciones pagas. Cobran 111 pesos por hora de guardia, ahora por la pandemia aumentaron a 155 pesos, pero sólo mientras dure la cuarentena. No tienen aguinaldo, seguro, aportes, obra social, todo lo que le corresponde a un trabajador por ley”, enumeraron estos enfermeros.
En cuanto a los pagos recibidos, detallaron que “no cobran sueldo fijo, sino de acuerdo a la cantidad de guardias que realizan. Algunos tienen muchas guardias, otros no. Si se enferman, no les pagan. Hay casos de chicas embarazadas que directamente no pueden trabajar, por la situación actual, y se quedan sin percibir nada. Cada vez que sale un bono o plus salarial, a ellos no les pagan. No tienen fecha segura de cobro”.
Sobre el mecanismo de facturación, indicaron que “el hospital factura esas horas en los recibos de haberes de los enfermeros que están en blanco, por lo que hay enfermeros que según sus recibos trabajan 26 horas al día. Cuando cobran esos enfermeros, retiran el dinero y rinden en el hospital, para que puedan pagar a los ilegales. Dada esa realidad, los sobrecargan con guardias sobre todo en fechas especiales, fines de semana, Día del Padre, Día de la Madre, Semana Santa, Navidad, ya que no tienen derecho de reclamar nada”.
Entre estos profesionales consultados, “hay personas con cuatro, cinco años de antigüedad. Desde febrero del 2019 están en una lista de posibles contratados, de los que quedaron fuera los mayores de 40 años de edad, a pesar del tiempo que llevan trabajando en esta situación. En que por el momento, supuestamente, en cuestión de días iban a ser contratados, por lo que hicieron todos los trámites, a más de un año, no llegaron los contratos, por lo que los documentos que hicieron ya no tienen validez, como ser antecedentes policiales, libre deuda, entre otros”.
Un miedo latente
Entre los temores por la situación del momento está “la posibilidad de contraer el virus, lo que los llevaría a quedar aislados y sin poder cobrar por los servicios prestados. También están las salidas que deben realizar en las unidades de traslado, a las que no pueden negarse, a pesar de no tener cobertura alguna”, compartieron los enfermeros del SAMIC de Oberá.
FUENTE PRIMERA EDICIÓN