“Brota agua del piso”, “la ropa no se seca”, “las veredas están mojadas”, “la humedad me está matando de dolor en todo el cuerpo” son solo algunas de las expresiones que esta semana generaron todo tipo de reacciones en la región: hartazgo, desesperación, intriga y memes… muchos memes.
“Hay una masa de aire húmedo, no brota la humedad, lo que pasa es que las superficies están frías, los pisos, las paredes interiores y sobre ellas impacta una masa más cálida, propia de climas subtropicales en esta época del año y la humedad se condensa en las superficies frías”, explica el meteorólogo Fabio Cabello, al frente de la Oficina de Prevención de Desastres Naturales (OPAD) dependiente de la Municipalidad de Posadas.
Continúa el especialista en climas: “Es común que las chapas de zinc goteen, que efectivamente las veredas parezcan que fueron mojadas; todo porque se produce un proceso de condensación de la humedad ambiente en contacto con las superficies más frías, piso, paredes, chapas del techo, etc”.
“Si no hubiéramos tenido frío los días anteriores, no se produciría. En verano tenemos mucha humedad y no se produce esto porque las superficies también permanecen calientes” agrega Cabello y advierte que el fenómeno continuará en la región “hasta el sábado tarde o noche, cuando cambie la masa de aire, llegue un frente frío del sur que va a desplazar esta masa de aire húmedo”.
La enciclopedia precisa que la condensación se produce cuando un vapor se expone a una temperatura diferente, sea que se enfríe o descienda. Cuando el ambiente acumula exceso de vapor de agua, éste se condensa o pasa a estado líquido, lo que ocasiona altos niveles de humedad relativa, sobrepasando los estándares de aceptabilidad, entre un 30 a un 50%.
Todo lo cual implica que año tras año, llegado el otoño, se repitan los mismos textos de pronóstico: “Entre lloviznas y nieblas, jornadas marcadas por el elevado porcentaje de humedad”, “húmedo y frío, así se presentará el tiempo durante el día, sobre la mayor parte de la región, manteniendo la característica principal de una temporada de otoño húmeda”.
No solo las superficies, también el cuerpo humano y el estado anímico
Con la llegada del otoño, maravillosa estación que brindan postales idílicas de suelos cubiertos por hojas amarillas, niños sonrientes que juegan sobre ellas, enamorados que se prometen juras de amor eterno y… demás, llegan también los descensos de temperaturas y las lluvias.
Esta manifestación del ciclo natural de la Tierra suele afectar al estado de ánimo y dar lugar a lo que los especialistas denominan la astenia otoñal, que sería la respuesta del organismo a los cambios medioambientales (menos horas de luz solar y bajada de las temperaturas), se alteran los biorritmos y el ciclo de vigilia-sueño y ello puede afectar negativamente al estado de ánimo. También afecta a la salud con la llegada de los resfríos y gripes y claro… el interior del hogar, como construcción, porque las viviendas comienzan a mostrar signos de humedad que llevan a afirmar eso tan conocido de “brota agua por todos lados”.
Además, la humedad y el frío hacen que muchas personas se quejen de dolor en los huesos, pero en realidad se trata de dolor articular. Los pacientes con problemas articulares (artritis o artrosis) sufren más dolor durante las épocas de mayor humedad, como el otoño. Sin embargo, los receptores de la presión atmosférica se encuentran en todo el cuerpo y eso determina que algunas personas afirmen que les “duele todo el cuerpo” y algunos incluso, puedan advertir de un frente frío o húmedo aún antes que los pronosticadores profesionales.
Consejitos prácticos para enfrentar el mal
Además de conocer las causales, la forma más práctica de enfrentar a la humedad en el interior de las casas sería en primer lugar cultivar la paciencia; reconocer que la zona elegida para residir pertenece a región de clima subtropical y que la condición que define este tipo de clima es la humedad. En segundo lugar tomar algunas medidas, tales como al utilizar la ducha con agua caliente tomar la precaución de abrir alguna ventana para que se escape el vapor; minimizar las horas de cocción de los alimentos, ya que cocinar -así como tender la ropa en el interior de la casa- genera un nivel de humedad ambiental más elevado que el resto del año.
Abrir las ventanas durante algunos minutos, principalmente a la mañana o cubrir las superficies con papel (de diario generalmente) forman parte de los “consejos” hogareños más usados para sobrevivir a un fenómeno que no por repetitivo, deja de ser un inconveniente para la gran mayoría.