Con el nombre de Martín Miguel Juan de la Mata, al día siguiente de su nacimiento ocurrido el 8 de febrero de 1785, fue bautizado en la Iglesia Matriz de Salta, por el cura doctor Gabriel Gómez Recio. Fueron sus padrinos, José González de Prada y María Ignacia Cornejo, amigos de sus padres, Gabriel de Güemes Montero y María Magdalena Goyechea y la Corte.
Martín tuvo siete hermanos, de los cuales se destacaron su hermano mayor Juan, miembro del cabildo de Salta, y María Magdalena Dámasa Güemes de Tejada, conocida por su apodo como Macacha Güemes.
Tuvo una buena educación con maestros particulares que le enseñaron los conocimientos filosóficos y científicos de su tiempo, tales conocimientos fueron luego ampliados en su juventud por Manuel Antonio Castro.
Cursó sus estudios primarios en su ciudad natal, alternando la enseñanza formal con el aprendizaje de las labores campesinas en la finca donde vivía con su familia.
En esta cuna de familias bien posesionadas en Salta, fue creciendo, Martín Miguel de Güemes, quien a los cinco días de haber cumplido 14 años abrazó la carrera de las armas, ingresando como cadete a la Compañía del 3er. Batallón del Rey.
Fue mostrando disciplina, formación y coraje, viajando a Buenos Aires con motivo de las invasiones inglesas, siendo asistente de Liniers. La historia recuerda que el 12 de agosto de 1806, Güemes se adentra a caballo en el Río de la Plata, comandando un pelotón de Húsares de Pueyrredón y obliga a rendirse al navío británico “Justina”, que había encallado frente al puerto de Buenos Aires. Su decisión y valentía fue contada como una hazaña.
Dos años después, y pasado el segundo intento inglés de usurpar Buenos Aires, regresa a Salta ante el deceso de su padre, quien había nacido en Santander, en la región española de Cantabria, era un hombre ilustrado y cumplía funciones de Tesorero de la Real Hacienda de la corona española.
Después de la Revolución de Mayo de 1810 la Primera Junta envió la Primera expedición auxiliadora al Alto Perú. Martín Miguel de Güemes, como integrante del Ejército del Norte, fue puesto al mando de un escuadrón gaucho en la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) y en los valles de Tarija y Lípez, impidiendo la comunicación entre los contrarrevolucionarios y los realistas altoperuanos.
En la batalla de Suipacha, librada el 7 de noviembre de 1810 y que fue el único triunfo de las armas patriotas durante esta primera expedición, la participación del capitán Güemes fue decisiva.
San Martín le encomendó el mando de la avanzada del río Pasaje (o río Juramento, porque en sus márgenes el general Belgrano había hecho jurar obediencia al gobierno de Buenos Aires, la Asamblea del Año XIII, y a la Bandera Nacional).
Poco después, asumía también el mando de las partidas que operaban en el Valle de Lerma en el que está situada la ciudad de Salta. De este modo iniciaba la Guerra Gaucha, ayudado por otros caudillejos, como Luis Burela, Saravia, José Ignacio Gorriti o Pablo Latorre.
Ésta fue una larga serie de enfrentamientos casi diarios, apenas cortos tiroteos seguidos de retiradas. En esas condiciones, unas fuerzas poco disciplinadas y mal equipadas pero apoyadas por la población podían hacer mucho daño a un ejército regular de invasión.
FUENTE EL TERRITORIO