«El contrato de Carlos Tevez lo arreglamos en cinco minutos» (Jorge Ameal).
En cinco minutos se cocina un buen huevo frito. Cinco minutos dura la versión en vivo de Rezo por Vos, de Charly y Spinetta, que cada vez que suena eriza la piel de quien tenga la fortuna de escucharla. En cinco minutos se enfría la alegría de un recreo y se calienta la taza para un reparador té.
Para muchas otras cosas, más complejas que prender una sartén, darle play a un tema, salir corriendo al patio de la escuela o poner la pava al fuego, hace falta más tiempo. Y renovar el vínculo de Tevez con Boca, más allá del optimismo del presidente, está dentro de este último grupo. Sobre todo porque el escenario va bastante más allá de un simple acuerdo entre un jugador que está ante el tramo final de su carrera y el club que lo tiene como ídolo y referente. El contrato del Apache está atravesado por múltiples situaciones y condicionantes, que elevan el piso de complejidad y que harán que el plazo del acuerdo se mida más en semanas que en minutos…
El tono y la uniformidad del mensaje que dieron el martes Jorge Bermúdez y Raúl Cascini al hablar del tema marcan hasta qué punto la negociación tiene su estrategia marcada. Los colaboradores de Riquelme marcaron la cancha: le recordaron a Carlitos que cuando ellos llegaron «era un ex jugador», y si bien reconocieron su extraordinario rendimiento en el sprint final del torneo, resaltaron que el contrato que le ofrecieron «era el mejor del club». Una frase de espectro amplio, sin remate, que deja picando la sensación de que Tevez será el mejor pago del plantel, pero que al mismo tiempo es algo difícil de refutar sin entrar en una disputa mediática que para él sería toda pérdida. Carlitos quiere retirarse en paz con el club y lo que menos necesita es una pelea por plata, pero de ahí a firmar lo primero que le pongan sobre la mesa… En ninguna negociación de este estilo sucede.
fuente: ole
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