Una beba fue abandonada en el hospital Pediátrico de Posadas y permanece allí desde hace al menos ocho meses.
Según pudo confirmar El Territorio. La niña ingresó al centro asistencial por problemas de salud, se le practicó una traqueotomía y desde hace meses está en condiciones de irse de alta, pero ni el padre ni la madre se volvieron a presentar en el lugar.
Ante esa situación desde el nosocomio dieron intervención a la Justicia, que, como marca la ley, buscó revincular a la pequeña con sus progenitores sin éxito. Superada esa instancia se acudió a la familia ampliada (tíos, abuelos, primos) y tampoco prosperó. Averiguó este medio que al menos la madre de la beba también sería menor de edad, una adolescente.
En esa línea, Miguel Molina, defensor de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la provincia, manifestó que desde la Defensoría también intervinieron. Precisó que ayer presentaron un escrito ante la jueza actuante con una posible solución al estado de vulnerabilidad en el que está la pequeña.
“Para ello necesitamos que se apruebe la propuesta que se le hizo desde la Defensoría, que es una institucionalización”, señaló.
El defensor además agregó que la beba ya está en condiciones de irse de alta del hospital y que no debería permanecer más en ese entorno médico, teniendo en cuenta el riesgo que puede representar ante el peligro de contraer algún virus de circulación hospitalaria.
Ante la ausencia de la figura paterna o materna, la niña es cuidada por médicos y enfermeros quienes entre canciones, juguetes y mientras atienden a otros pacientes, acompañan a la pequeña para que viva una mejor estadía.
“La jueza buscó a la madre y tampoco encontraron a más parientes. Y nos pidieron desde el hospital que hagamos algo porque no puede estar una niña en un hospital tanto tiempo y la solución que encontramos es el acogimiento en una familia solidaria”, agregó. Al respecto esta semana habría un dictamen para definir su futuro.
Plazos legales
“Cuando hay abandono siempre interviene la Justicia”, explicó Molina. “En primer lugar el juez o jueza trata de encontrar a los progenitores, hay un tiempo de búsqueda del padre y la madre, hay que recurrir primero a despejar esas dos posibilidades. Si no se logra vinculación hay que continuar la búsqueda en la familia ampliada, que serían los demás parientes, es un trámite judicial porque hay que determinar la identidad de la niña, si en la familia ampliada no existe la posibilidad de que el niño integre el grupo familiar se declara el estado de adoptabilidad y se da curso al Registro Único de Adoptantes para darla en adopción”, añadió.
En resumen, cuando un niño, niña o adolescente se encuentra en riesgo material o moral por el abandono del progenitor único, o de ambos, en caso de haberlos, sin que persona alguna se haga cargo, transita una etapa de institucionalización que, si se prolonga, lo marca para siempre.
Cuando existen progenitores o entorno familiar, los intentos de revinculación que no producen resultados alargan los tiempos y los niños no siempre son declarados en situación de adoptabilidad antes de que los daños sobre su psiquis se hayan producido. Es sabido que la mayoría de los pretensos adoptantes quieren niños recién nacidos o lo suficientemente pequeños como para pensar que superarán rápidamente las secuelas del abandono y la institucionalización. Es por ello que, sin descuidar la búsqueda del interés supremo de cada niño o adolescente en riesgo, los tiempos judiciales para determinar la posibilidad o no de su reinserción en la familia, no deben extenderse más allá de lo necesario.
“La permanencia de un niño -dentro de una institución- debe ser el menor tiempo posible. Los tiempos legales en el cual debe resolverse la situación son de 270 días, hasta llegar a la declaración del estado de adoptabilidad, a partir de allí hay un tiempo que no está establecido, que es la búsqueda de adoptantes”, comentaron..
Antecedentes
Esta no es la primera vez que un menor es abandonado dentro de una institución sanitaria. En los últimos tiempos El Territorio reflejó en sus páginas casos en los que niños de distintas partes de la provincia fueron dejados por sus padres y ante la imposibilidad de reestablecer el contacto debió intervenir la Justicia y áreas de Niñez para resguardar al menor vulnerado.
A fines de febrero de 2019 se dio a conocer el caso de una joven que dio a luz en el Hospital Materno Neonatal -ubicado en el Parque de la Salud- de Posadas y puso una nota en la cama del nosocomio dándose a la fuga y dejando a su bebé abandonado, quien además había nacido prematuro.
En aquel entonces, consultado sobre si es común que se registren este tipo de situaciones de abandono en el hospital, el director del nosocomio, Hugo Ocampo había respondido: “Son excepcionales, y sobre la motivación, vaya a saber por qué la mamá tomó esta decisión muy terminal; nos enfrentamos a distintas realidades, pero esto de abandonar el bebé o una cuestión así no suele ser muy común”. En este caso tampoco nunca se acercó el padre a reclamar por la criatura.
En abril de 2019, una pequeña nació en el hospital Samic de Oberá. Pero ese mismo día su madre expresó que no desea hacerse cargo de la beba, que no la quería porque habría sido fruto de un abuso sexual y pidió que la Justicia disponga de su entrega en adopción.
Finalmente, en febrero de este año, la Secretaría de Acción Social de San Pedro tomó conocimiento de que una niña de dos meses había sido dejada al cuidado de otra mujer y hace dos días ni la madre o el padre no regresaban por la pequeña, quien se encontraba con hambre y sin hábitos de higiene. La menor fue asistida y alojada en un hogar. El rescate lo realizó personal de Acción Social junto a la policía de la mujer de San Pedro.
Qué es una familia solidaria
El acogimiento familiar que brindan las familias solidarias es un recurso temporal que se brinda por un tiempo acotado, mientras se trabaja para resolver la situación familiar definitiva de ese niño o niña, sea esta el regreso a su entorno de origen o bien la adopción por parte de una nueva familia.
En ningún caso puede constituirse la familia de acogimiento en su familia adoptante. Ambos suponen procesos diferentes y excluyentes entre sí.