El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, prefiere no anticiparse a la discusión del proyecto de reforma judicial, que recién comenzó a tratarse en el Senado, y se concentra en dos grandes temas que el oficialismo buscará aprobar antes de fin de año: la nueva fórmula de movilidad jubilatoria y la reforma tributaria.
Aun así, le será difícil evitar las divergencias con la oposición, en especial en torno de esta última iniciativa, debido a que en el Frente de Todos analizan aumentar la alícuota de Bienes Personales a quienes perciben mayores ingresos.
Como hizo hasta ahora ante cada iniciativa que cosechó críticas de los legisladores opositores, Massa espera el momento oportuno para zambullirse en el debate público respecto a la norma que propone una modificación de la estructura del Poder Judicial. El tiempo con el que cuenta está atado a la duración del tratamiento del proyecto en la Cámara Alta, donde esperan tenerlo aprobado para fin de mes.
Antes, el presidente de la Cámara Baja deberá negociar la renovación del protocolo de sesiones remotas con el interbloque de Juntos por el Cambio, donde ponen reparos para su prórroga ante la posibilidad de que el bloque oficialista quiera tratar la reforma judicial de manera telemática.
Para apaciguar los ánimos con los jefes de bloque de la UCR, PRO y la Coalición Cívica, desde el Frente de Todos aseguran que la iniciativa recién llegará a Diputados en un mes, por lo que no sería una traba para renovar el protocolo.
Por esa razón, Massa se limitó a plantear que no cree necesario incrementar el número de jueces de la Corte Suprema de Justicia, sin profundizar en el proyecto que el Ejecutivo nacional envió al Parlamento la semana anterior.
Por el contrario, adelantó que antes del 30 de noviembre se sancionará la nueva fórmula de movilidad jubilatoria y que recién para fin de año se debatirá el tan anunciado impuesto extraordinario a los grandes patrimonios, junto a la reforma tributaria. El propio ministro de Economía, Martín Guzmán, habló sobre esta iniciativa con los diputados oficialistas un día antes de que se apruebe la ampliación del Presupuesto.
Desde la bancada del Frente de Todos señalaron que “el proyecto para gravar las grandes fortunas está listo y que en cualquier momento se presentará porque resulta imprescindible para financiar la ayuda social en medio de la pandemia”. En la misma línea, en una entrevista concedida a Infobae, el diputado oficialista Itai Hagman destacó que “es una medida de sentido común pedir un aporte extraordinario a los altos ingresos para que la crisis sea financiada de una manera un poco más equitativa”.
En el oficialismo, incluso, estudian la posibilidad de aumentar la alícuota de Bienes Personales a quienes perciban mayores ingresos, en lugar de gravar las grandes fortunas por única vez, como planteó en varias oportunidades el jefe de Estado.
“Tengo la expectativa de que el impuesto a los grandes patrimonios se incluya en la reforma tributaria. Estamos trabajando para que eso se haga realidad”, dijo a BAE Negocios la diputada oficialista Fernanda Vallejos.
Desde Juntos por el Cambio ya anticiparon su rechazo a fijar un impuesto extraordinario a la riqueza, como así también están en desacuerdo con incrementar cualquier impuesto en general.
A diferencia del Senado, donde el oficialismo tiene mayoría propia, en Diputados, Massa y el jefe del bloque oficialista, Máximo Kirchner, tendrán que avocarse de lleno a conseguir el consenso necesario para aprobar una eventual reforma tributaria y una nueva fórmula de movilidad previsional. Sin duda, un triunfo en el debate de la reforma judicial, que asoma complejo, sería un buen augurio para las discusiones de los temas que vienen.
Fuente: BAE Negocios.