Los ladrones se deslizaron por el cielorraso para evitar los sensores. “Lo que uno piensa que son muchas medidas de seguridad no alcanzan”, lamentó el empresario Marcelo Arce
La secuencia parece calcada de una película de acción. La trillada trama del robo a un banco o museo, con ladrones que se descuelgan por los techos evitando sensores y alarmas de seguridad hasta el cubículo donde se halla el preciado botín. Y se van sin dejar ninguna huella.
Esa misma planificación, profesionalismo y entrenamiento que suele verse en la ficción se replicó en el accionar de una banda de boqueteros que perpetró un golpe en el local de Top Neumáticos, ubicado sobre avenida Andresito de Oberá.
En diálogo con El Territorio, el propietario de la empresa, Marcelo Arce, señaló que los malvivientes se alzaron con un botín de varios cientos de miles de pesos en efectivo, chequeras en blanco y materiales de trabajo.
El hecho se registró entre la noche del viernes y la madrugada del último sábado. Al cierre de esta edición la Unidad Regional II aún no había informado novedades al respecto ni las posibles líneas de investigación en curso.
Como contrapartida, se trató del tercer robo bajo la misma modalidad de boqueteros en apenas seis días en esta jurisdicción, lo que genera enorme preocupación en la comunidad.
“Mi intención es alertar a la gente para que se cuide, porque lo que uno piensa que son muchas medidas de seguridad no te alcanzan. Hace un mes que inauguramos el local y ya me robaron. Tampoco son ladrones improvisados. Al contrario, son muy profesionales. Saben de sistemas de seguridad, de electricidad y están bien equipados”, precisó el empresario que tiene sucursales en diferentes puntos de la provincia.
Cómo entraron
El accionar de los delincuentes revela que dispusieron de una importante logística, ya que accedieron por un terreno baldío lindero, escalaron la pared hasta el techo y abrieron un primer boquete en una chapa de zinc.
De ahí ingresaron al cielorraso de placas de PVC, un material que no resiste mucho peso, por lo que los malvivientes tuvieron que deslizarse con evidente destreza.
Al respecto, Arce comentó que “contamos con sensores de movimiento en todo el local y moverse por el cielorraso es muy complicado y riesgoso, ya que son unos 12 metros del suelo y una caída puede ser fatal. Por eso habrá sido gente liviana y entrenada”.
Varios tramos del cielorraso fueron removidos, presumiblemente para evitar los sensores y descender en el lugar más conveniente.
La inteligencia previa quedó plasmada en el hecho de que lograron ingresar sin desactivar la alarma, puesto que si lo hacían hubiera sonado igual, como también si cortaban el suministro de energía eléctrica. Datos que develan el profesionalismo de los ladrones.
Tras evitar los sensores de movimiento, descendieron a la planta alta del local, sobre la administración, donde cortaron el piso de madera para volver a descolgarse hasta la oficina en la cual estaba el dinero.
“Hay marcas, pero según la Policía no pudieron encontrar huellas porque usaron guantes. Abrieron las cajas de seguridad y se llevaron el efectivo y las chequeras en blanco”, detalló el empresario.
Por el momento estimó el perjuicio en varios cientos de miles de pesos, ya que resta el control exhaustivo de los números.
Oriundo de Oberá, desde hace muchos años Arce reside en Posadas y viene ampliando sus horizontes comerciales. Así, decidió redoblar la apuesta en Oberá y hace un mes inauguró su local sobre avenida Andresito, una zona comercial y residencial en expansión.
Tampoco descuidó la seguridad, conociendo los antecedentes que existen en la zona. Incluso, recordó que un familiar -propietario de una distribuidora de bebidas- padeció dos golpes en un mes, por lo que tuvieron que redoblar las medidas de seguridad.
“Lo único que no puse porque no me dio el tiempo fueron cámaras. Nadie se imagina que le van a robar al mes de abrir”, se lamentó.
Es más, anticipó que además de un sistema de seguridad por cámaras, también pretende contratar un sereno para la noche, para reforzar la alarma y la seguridad monitoreada.
En una segunda etapa, en tanto, no descarta instalar un sistema de sensores láser infrarrojo entre el cielorraso y el techo, que es por donde entraron los boqueteros.
No quiere dejar nada más librado al azar, a pesar de los costos que insume la inversión.
“Uno toma medidas, pero parece que en Oberá no alcanza. Tampoco podés poner cinco sistemas de seguridad porque el gasto te hace inviable la operación del negocio. Yo no puedo destinar 150 mil pesos por mes a la seguridad en un local”, indicó.
Y agregó: “Tengo un negocio del montón, pero me tengo que preparar como si tuviera un banco. Estas cosas generan mucha impotencia. La verdad no creo que recupere lo que me robaron, pero al menos quiero alertar a la gente que se cuide y que extremen las medidas de seguridad”.
Reclamo empresarial por seguridad
El robo al local de Top Neumáticos se inscribe en una nueva seguidilla de hechos bajo la modalidad boqueteros en Oberá y zonas aledañas.
Incluso, un día antes desconocidos irrumpieron en un supermercado de Villa Stemberg y se alzaron con un botín estimado en 40 mil pesos en efectivo y mercaderías varias. Además, ocasionaron serios daños materiales en los sistemas de seguridad del local.
Los ladrones cortaron una chapa de zinc del techo y descendieron al interior. Antes de escapar del lugar ocasionaron daños en el sistema de seguridad por cámaras y sustrajeron la memoria del mismo.
Días antes, el lunes 30 de noviembre, asaltaron una distribuidora de alimentos de la localidad de Guaraní, jurisdicción de la Unidad Regional II, bajo la misma modalidad de boqueteros.
La misma empresa padeció dos robos similares en diez meses, al punto que el propietario anticipó su intención de mudarse a Santa Ana debido a la inseguridad que azota la zona Centro.
En este contexto, en los últimos días varios empresarios y comerciantes se mostraron preocupados por la escalada de inseguridad y reclamaron la intervención de la Cámara Regional de Industria Producción y Comercio (Cripco).
“La Cripco debería solicitar una reunión urgente con las autoridades de la Policía o del Ministerio de Gobierno para exigir más seguridad. El año pasado hubo varios hechos en diciembre y ahora otra vez. Parece que llega fin de año y los boqueteros se adueñan de Oberá”, alertó un comerciante.
fuente: ELTERRITORIO