Ernesto Velázquez, un joven de 28 años, se arrodilló en el espectacular balcón-mirador ante su sorprendida novia, sacó un pequeño estuche rojo con los anillos de compromiso y le pidió matrimonio.
Los turistas se dieron cuenta inmediatamente de la situación, se alejaron un poquito para darles espacio en el estrecho balcón, mientras un operador turístico filmaba con su celular y todo el mundo se emocionaba.
“Fue un momento de felicidad, de tantos sentimientos encontrados. Mi pareja me dijo en algún momento: ‘te pediré matrimonio cuando menos lo esperes y será para ti inolvidable y único donde sentirás lo mucho que te amo’”, le contó a al diario La Nación la futura esposa, Keilu Torres, también de 28 años.
La pareja es de Venezuela, ambos son médicos clínicos y vinieron a vivir a la Argentina hace unos meses, escapando de la grave situación política y económica que atraviesa su país. Aquí se instalaron en Villa Luro y buscarán continuar sus estudios y especializarse como profesionales de la salud.
“Jamás pensé que lo iba hacer ahí, antes de todo me dijo ‘este viaje será inolvidable para ti por que la naturaleza y el universo sabrán lo que te amo’”, relató Keilu.
La Garganta del Diablo, el salto de agua más reconocido de las Cataratas del Iguazú, reabrió este sábado al turismo tras 278 días cerrado con un hecho de esos que se registran de tanto en tanto.
La Garganta del Diablo
El Parque Nacional Iguazú había cerrado al turismo nacional el 16 de marzo pasado por el Coronavirus. Tras cuatro meses de reapertura sólo los sábados y domingos a turistas misioneros, ayer volvió a habilitarse para el turismo nacional con un máximo de 2.000 visitantes por día. El parque ahora estará abierto de lunes a lunes, como en épocas normales.
La Garganta del Diablo también reabrió ayer por primera vez tras nueve meses. Durante esa reapertura parcial con escasos visitantes misioneros (nunca hubo más de 500 por fin de semana), esa parte del paseo permaneció cerrada al público.
“En el primer fin de semana habilitado al público nacional tuvimos 407 visitantes el sábado y 169 el domingo, porque hubo una fuerte lluvia”, detalló al Diario de Buenos Aires, Sergio “Ruso” Acosta, el intendente del Parque.
El balcón de la Garganta es el punto culminante de la visita al Parque Nacional Iguazú, donde se puede apreciar la caída de la mayor parte del curso del río Iguazú en una pendiente de más de 80 metros. La potencia del agua es tal que se forma un arco iris y grandes nubes de rocío, que pueden apreciarse a varios kilómetros de distancia.
Regreso del turismo
Este sábado volvieron a verse colas de buses con turistas nacionales para entrar al Parque Nacional Iguazú. Para esa localidad es un lento renacer, aunque aún soporta una crisis durísima en la que cerraron para siempre varios hoteles, se disparó el desempleo y mucha gente cayó en la pobreza.
Iguazú venía de recibir la cifra récord de 1.635.000 turistas en el Parque Nacional Iguazú en 2019 y de golpe desde marzo cerró el parque, pero también hoteles, restaurantes, taxis, bares y otros atractivos. También sufrieron almacenes, peluquerías, cuentapropistas y todos aquellos que vivían indirectamente de quienes tienen sus ingresos en la actividad turística.
Iguazú depende mucho del turismo internacional y las fronteras con Brasil y Paraguay están cerradas, lo mismo que el arribo de turistas. Otra cuestión que pone en jaque a este destino es la escasa actividad de los vuelos de cabotaje, que llegan a cuentagotas y que sirven para traer turistas norteamericanos, europeos o asiáticos que llegan a la Argentina por Buenos Aires.
En épocas normales, el parque nacional más popular de la Argentina recibe unas 5.000 personas cada día.
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